En el período de los últimos 12 meses, de septiembre de 2023 a agosto de 2024, Nigeria ha tenido un consumo total de electricidad de alrededor de 32 TWh. Más de dos tercios de esta electricidad provienen de combustibles fósiles, específicamente gas, con una producción de 24.33 TWh, mientras que la electricidad baja en carbono, en forma de energía hidroeléctrica, representa cerca de 8.03 TWh. La contribución de la energía hidroeléctrica abarca casi un cuarto de la producción total de electricidad de Nigeria. Sin embargo, el consumo de electricidad per cápita en Nigeria es considerablemente más bajo que el promedio mundial de 3606 watts/persona, lo que limita el acceso a servicios básicos e inhibe el desarrollo económico. Este bajo nivel de generación eléctrica podría perpetuar situaciones de pobreza, desigualdades de acceso a la electricidad y reducir el potencial de crecimiento industrial.
Para aumentar su generación de electricidad baja en carbono, Nigeria podría tomar como ejemplo a países que han tenido éxito en este ámbito. China, por ejemplo, ha desarrollado de manera significativa su energía eólica generando 950 TWh, mientras que India también ha tenido un progreso notable en la energía solar produciendo 125 TWh. Además, Brasil destaca en la producción de energía eólica con 97 TWh. Aprovechando su potencial en energía solar y eólica, Nigeria puede diversificar su matriz energética mediante políticas de apoyo e inversiones en infraestructura para estas tecnologías. Además, considerar el desarrollo de energía nuclear, como lo han hecho países como Francia y Rusia, podría contribuir enormemente a resolver los problemas de suministro energético limpio y seguro, proporcionando un flujo constante y confiable de electricidad baja en carbono.
La historia de la electricidad baja en carbono en Nigeria está marcada principalmente por la variabilidad en la generación de energía hidroeléctrica. En las décadas de 1980 y 1990, hubo fluctuaciones significativas con variaciones tanto positivas como negativas. En 1991, se registró un aumento significativo de 1.5 TWh, contrarrestado por varias disminuciones en los años anteriores y posteriores. A principios de la década de 2000, experimentó variaciones notables, en particular en 2002 con un aumento de 2.3 TWh, seguido de una gran caída de 0.8 TWh en 2003. Ya en las décadas más recientes, la generación ha mantenido una tendencia algo más estable, con incrementos en años como 2010 con +1.8 TWh, y 2015-2016 cuando aumentó un total combinado de 2.8 TWh. Sin embargo, el progreso ha sido inconsistente, dejando una gran oportunidad para fortalecer y estabilizar la producción de electricidad baja en carbono en el futuro.