En Nigeria, el consumo de electricidad actual muestra una pronunciada dependencia de los combustibles fósiles. Durante los últimos 12 meses, desde noviembre de 2023 hasta octubre de 2024, el país ha generado más de dos tercios de su electricidad a partir de fuentes fósiles, específicamente gas, totalizando 24.2 TWh. Por otro lado, la generación de electricidad baja en carbono, que proviene totalmente de la energía hidroeléctrica, alcanza solo 7.91 TWh. Esta cifra es diminuta en comparación con el promedio mundial de generación de electricidad, que es de 3638 watts/persona. Este nivel relativamente bajo de generación de electricidad puede dificultar el desarrollo económico, limitar el acceso a servicios básicos y afectar negativamente la calidad de vida de la población, además de contribuir al cambio climático y a la contaminación del aire.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Nigeria puede aprender de países que han tenido éxito en este ámbito. Por ejemplo, Brasil, un país con características geográficas y económicas similares, ha logrado generar 102 TWh a partir de energía eólica. También puede observar al People's Republic of China, líder en generación de energía solar con 710 TWh y energía eólica con 1003 TWh, para guiar sus políticas hacia la diversificación de fuentes de energía baja en carbono. Invertir en energía solar y eólica no solo mejoraría la sostenibilidad del suministro eléctrico, sino que también boenderaría nuevos empleos verdes, fomentando una transición hacia una economía más limpia y eficiente. Además, es crucial no descartar la opción nuclear, que ha probado ser una fuente segura y continua de electricidad baja en carbono en diversas partes del mundo.
La historia de la electricidad baja en carbono en Nigeria ha estado marcada históricamente por altibajos en la producción hidroeléctrica. En las décadas de 1980 y 1990, se observaron fluctuaciones significativas, incluyendo incrementos de hasta 1.5 TWh en 1991, seguidos de descensos en ciertos años como 1993 y 2000. A principios de los años 2000, hubo un notable aumento de 2.3 TWh en 2002, pero seguido de disminuciones posteriores, como la baja de 1.5 TWh en 2006. En la última década, se aprecian incrementos constantes, como en 2015 y 2016, que sumaron en conjunto 2.8 TWh, aunque estos no han sido suficientes para lograr una diversificación significativa de las fuentes de energía baja en carbono. Para lograr una transición energética completa hacia fuentes limpias, es fundamental que Nigeria estabilice y amplíe su capacidad de generación hidroeléctrica, mientras sigue explorando e invirtiendo en tecnologías nucleares, solares y eólicas.