En el año 2022, el consumo de electricidad en Ruanda provino principalmente de fuentes bajas en carbono y fósiles. Más de la mitad de la electricidad generada en el país, alrededor de 60%, provino de energías bajos en carbono, especialmente energía hidroeléctrica. Sin embargo, una parte significativa, casi un tercio, aún se depende de combustibles fósiles. En comparación con el promedio global de 432 vatios por persona, el nivel de consumo eléctrico en Ruanda es considerablemente bajo, lo que puede influir negativamente en el desarrollo económico y el acceso a servicios básicos como la salud y la educación, así como limitar la actividad industrial y comercial.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Ruanda puede aprender de países que han tenido éxito en este campo. Por ejemplo, China ha logrado generar enormes cantidades de electricidad mediante la energía eólica y solar, alcanzando 886 TWh y 584 TWh respectivamente. Países más parecidos a Ruanda, como Brasil, han invertido significativamente en energía eólica, generando 96 TWh, aunque su capacidad de energía solar es comparativamente más baja con 52 TWh. Además, países como India y Sudáfrica también han incrementado su producción de energía baja en carbono, especialmente eólica. Ruanda podría beneficiarse de la implementación de políticas e inversiones que fomenten este tipo de energías limpias, diversificando así su matriz energética y reduciendo su dependencia de combustibles fósiles.
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Ruanda ha estado dominada por la energía hidroeléctrica. A finales de la década de 1990, la generación hidroeléctrica fluctuó ligeramente, con pequeños aumentos y disminuciones. A partir del año 2000 hasta la década de 2010, la producción de energía hidroeléctrica se mantuvo constante sin cambios significativos. Sin embargo, a partir de 2014, se observó un ligero aumento con incrementos consistentes en 2014, 2015, 2019, y 2020. Esta estabilidad en la generación hidroeléctrica evidencia la necesidad de diversificar las fuentes de energía baja en carbono para asegurar un suministro energético más robusto y sostenible. Siguiendo las mejores prácticas internacionales y considerando la expansión de infraestructura para energía eólica y solar, Ruanda puede ir asegurando su futuro energético de manera más sostenible.