En el año 2022, el consumo de electricidad en Uganda se caracterizó por su énfasis en la producción de electricidad baja en carbono. Se generaron más de 5 TWh a partir de energías limpias, de los cuales casi todo provino de la energía hidroeléctrica. Sin embargo, la cantidad total de electricidad por persona en Uganda es considerablemente inferior a la media global de 3638 vatios por persona. Como resultado de esta baja generación eléctrica, el país enfrenta desafíos significativos, como la falta de acceso a electricidad confiable y limpia, lo cual puede obstaculizar el desarrollo económico y social, limitar el acceso a tecnologías modernas, e impactar negativamente la calidad de vida de sus ciudadanos.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Uganda puede inspirarse en ejemplos exitosos de otros países. La India, un país con características socioeconómicas y climáticas similares, ha logrado aumentar considerablemente su producción mediante el desarrollo de la energía solar y eólica, generando 128 TWh y 91 TWh, respectivamente. Sumado a esto, Brasil ha conseguido generar más de 100 TWh de energía eólica. Siguiendo estos ejemplos, Uganda puede considerar la inversión en infraestructura eólica y solar, aprovechando sus condiciones naturales favorables para estas energías. De igual manera, examinar el ejemplo de China, que ha impresionado generando más de 700 TWh de energía solar, podría ser beneficioso para diseñar estrategias propias que impulsen la producción nacional de energía baja en carbono.
La historia de la electricidad baja en carbono en Uganda muestra una evolución interesante a lo largo de las últimas décadas. En la década de los años 90 y 2000, el crecimiento en energía hidroeléctrica fue relativamente pausado y experimentó algunos descensos, como en 2006 y 2009, donde hubo ligeras reducciones en la generación. Sin embargo, a partir del 2010, se notó un impulso favorable con incrementos constantes casi cada año, particularmente en 2012 y 2013. El uso de biocombustibles surgió tímidamente en 2015, pero no logró mantenerse de manera consistente. En general, en años recientes, la tendencia muestra una creciente capacidad de generación hidroeléctrica, sugiriendo una base sólida para expandirse hacia otras fuentes bajas en carbono actualmente poco explotadas en el país.