En Namibia, el consumo de electricidad en 2022 estuvo dominado por la necesidad de importaciones netas, que alcanzaron 2.45 TWh. La generación de electricidad baja en carbono ascendió a 1.3 TWh, mientras que el resto provino principalmente de combustibles fósiles. Comparando estos números con el promedio global de 432 vatios por persona, Namibia se encuentra muy por debajo, lo que sugiere que la generación de electricidad es insuficiente para cubrir todas las necesidades del país. Una baja generación de electricidad puede afectar negativamente el desarrollo económico y la calidad de vida, limitando el acceso a servicios básicos y aumentando la dependencia de recursos externos.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Namibia podría enfocarse en expandir la energía solar, que ya ha mostrado resultados prometedores dentro del país. Observando los éxitos de otros países, China generó 584 TWh a partir de energía solar y 886 TWh de energía eólica en 2022. India, un país con características similares a Namibia en términos de desarrollo, produjo 113 TWh de solar y 82 TWh de energía eólica. Aprender de la implementación de tecnologías solares en estos países podría ayudar a Namibia a aumentar su capacidad de generar electricidad limpia, reduciendo así su dependencia de las importaciones y mejorando su sostenibilidad energética.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Namibia, la energía hidroeléctrica ha visto fluctuaciones significativas. Durante la década de 1990, hubo varios años de decrecimientos, como en 1994 con una disminución de 0.3 TWh, balanceado ocasionalmente por incrementos, como el aumento de 0.5 TWh en 1995. Las tendencias en las décadas siguientes continuaron siendo inestables, con aumentos menores en 2000 y 2005, y caídas notables en 2013 y 2018. Sin embargo, en 2018 también se registró una adición de 0.2 TWh provenientes de energía solar, marcando una transición hacia tecnologías más limpias. La significativa adición de 0.6 TWh de energía hidroeléctrica en 2020 destaca un intento continuo de mejorar la capacidad hidroeléctrica, aunque la inconsistencia sigue siendo un problema. Namibia puede entonces centrarse en fortalecer estas fuentes y diversificar aún más su mezcla de electricidad baja en carbono.