En 2023, el consumo de electricidad en Mauricio está dominado ampliamente por combustibles fósiles, los cuales representan más de cuatro quintas partes del total, con un 83%. De este porcentaje, aproximadamente un tercio proviene del carbón. En cuanto a la electricidad baja en carbono, esta representa alrededor de un 17% del consumo total; desglosado en sus componentes principales, casi el 10% proviene de biocombustibles, un 5% de la energía solar y cerca de un 3% de la energía hidroeléctrica. La alta dependencia de los combustibles fósiles, con sus impactos negativos como el cambio climático y la contaminación del aire, destaca la necesidad urgente de adoptar estrategias para incrementar las fuentes de electricidad baja en carbono en el país.
Mauricio tiene oportunidades significativas para aumentar su generación de electricidad baja en carbono al aprender de otros países. Por ejemplo, países como Dinamarca y el Reino Unido han sido exitosos en integrar altos porcentajes de energía eólica, alcanzando más de la mitad y cerca de un tercio de su generación de electricidad, respectivamente, a partir del viento. Además, Líbano ha demostrado ser capaz de generar más del 30% de su electricidad a partir de la solar. Estos ejemplos ofrecen un camino claro para que Mauricio implemente políticas e inversiones similares en tecnologías, como la energía solar y eólica. Además, explorar la energía nuclear podría ser una opción viable a largo plazo, como lo demuestran países como Francia y Suiza donde gran parte de su electricidad proviene del sector nuclear.
La historia de la electricidad baja en carbono en Mauricio refleja ciertos avances, particularmente en biocombustibles desde finales del siglo XX. Durante la década de 1990, se notó un aumento modesto en la generación a partir de biocombustibles, especialmente en el año 1990 y a principios de los 2000. La energía hidroeléctrica ha tenido variaciones esporádicas pero sin grandes aumentos desde los años ochenta. La inclusión de energía solar comenzó a hacerse visible en 2019. Aunque algunas fuentes bajas en carbono han experimentado avances fluctuantes, es claro que hay un margen considerable para un desarrollo más consistente y ambicioso dentro del sector eléctrico para alcanzar un futuro más sostenible.