En Senegal, el consumo de electricidad en 2022 aún depende en gran medida de los combustibles fósiles, que representan aproximadamente 71% de la generación total. Esto incluye principalmente el carbón. Sin embargo, casi un cuarto de la electricidad generada en el país proviene de fuentes de electricidad baja en carbono, lo cual es un avance significativo hacia un futuro más sostenible. Dentro de estas fuentes limpias, la energía solar y la eólica juegan un papel crucial, aportando alrededor de 10% y 9% respectivamente de la generación. Además, existen aportes menores pero significativos de energía hidroeléctrica y biocombustibles. Las importaciones netas constituyen poco más de 4% del total, sugiriendo cierta dependencia de fuentes externas de electricidad.
Para mejorar su generación de electricidad baja en carbono, Senegal puede seguir fortaleciendo su capacidad solar existente. Al considerar el éxito de otros países, podría ser inspirador mirar a Uruguay e Irlanda, donde la energía eólica constituye más de un tercio de la producción eléctrica, mostrando que expandir significativamente la capacidad eólica es posible y efectivo. Otra estrategia que Senegal puede considerar es la adopción de programas nucleares inspirados en países como Francia y Eslovaquia, donde la energía nuclear constituye la mayor parte de la generación eléctrica. Estas experiencias internacionales demuestran que se pueden lograr reducciones significativas en la dependencia de combustibles fósiles mediante inversiones estratégicas en infraestructuras limpias.
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Senegal ha mostrado un progreso gradual pero notable en las últimas décadas. Desde principios de los años 2000, la energía hidroeléctrica ha mantenido un papel estable, a pesar de algunas fluctuaciones, con pequeños incrementos a principios de la década. Sin embargo, el verdadero avance comenzó en 2017 con la introducción de la energía solar, que continuó aumentando en los posteriores años. A partir de 2020, también se observó un fuerte impulso en el despliegue de la energía eólica, expandiéndose rápidamente en los años siguientes. Estos desarrollos reflejan el compromiso de Senegal con las fuentes de energía limpias y prometen un futuro energético más sostenible y resistente para el país.