En 2022, Zambia logró un notable avance al obtener casi el 89% de su electricidad de fuentes bajas en carbono. La energía hidroeléctrica, que representa más del 87% del suministro eléctrico total, es la principal fuente de energía limpia del país. Sin embargo, Zambia todavía depende en un 11% de los combustibles fósiles, específicamente del carbón. A pesar de esta dependencia residual de combustibles fósiles, Zambia es un importante exportador neto de electricidad, lo que ayuda a los países vecinos a reducir sus emisiones de carbono. El siguiente reto para el país será electrificar otros sectores como el transporte, la calefacción y la industria, lo que requerirá una mayor cantidad de electricidad.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Zambia puede explorar la expansión de la energía eólica y solar, además de considerar la construcción de plantas nucleares. Invertir en estas tecnologías no solo aumentará la capacidad de generación eléctrica, sino que también diversificará la matriz energética y reducirá la dependencia del carbón, coadyuvando así en la lucha contra el cambio climático y la contaminación del aire. Además, la implementación de microredes y sistemas de almacenamiento de energía pueden mejorar la estabilidad y la resiliencia del suministro eléctrico, especialmente en áreas rurales.
A lo largo de los años, Zambia ha experimentado varios cambios en la generación de electricidad hidroeléctrica. En la década de los ochenta, hubo fluctuaciones como la reducción de 1.3 TWh en 1987 y un aumento de 1.3 TWh en 1990. Los años noventa también vieron altibajos, incluyendo una caída de 2.5 TWh en 1992 seguida por un incremento de 1.6 TWh en 1993. En la década de 2000, la capacidad de generación se mantuvo más estable con menores variaciones, mientras que en la última década, Zambia ha visto un crecimiento significativo, especialmente con un aumento sustancial de 3.3 TWh en 2021. Estos cambios históricos reflejan la dependencia del país en la energía hidroeléctrica y resaltan la necesidad de diversificar sus fuentes de energía bajas en carbono para lograr un suministro eléctrico más fiable y sostenible.