En el año 2023, el consumo de electricidad en Zimbabwe se caracteriza principalmente por una generación de electricidad baja en carbono, que representa más de la mitad del total. De esta proporción, la energía hidroeléctrica es la fuente predominante con más del 53%. Los combustibles fósiles, específicamente el carbón, representan casi una tercera parte de la generación de electricidad del país. Además, Zimbabwe depende de importaciones netas para satisfacer casi una quinta parte de sus necesidades de electricidad. Los biocombustibles constituyen un porcentaje muy bajo, cercano al 1%. Es evidente que Zimbabwe tiene una base significativa de electricidad baja en carbono, pero todavía hay espacio para mejoras, especialmente para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, que son perjudiciales debido a sus impactos negativos en el cambio climático y la contaminación del aire.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Zimbabwe podría aprender de otros países que han tenido éxito en la adopción de tecnología nuclear o energías eólicas y solar. Por ejemplo, Francia genera el 68% de su electricidad mediante energía nuclear, mientras que países como Dinamarca han aprovechado la energía eólica para producir el 52% de su electricidad. Si bien Zimbabwe no tiene actualmente capacidad nuclear, considerar esta opción podría ser una solución a largo plazo para diversificar su matriz energética. Además, el país podría beneficiarse de alianzas con países como Uruguay y Portugal, que han logrado sostener una parte significativa de su generación de electricidad a través de la energía eólica y solar. La adopción de estas estrategias ayudará a Zimbabwe a alcanzar un futuro más sostenible y menos dependiente de las importaciones.
El desarrollo histórico de la electricidad baja en carbono en Zimbabwe ha mostrado altibajos, especialmente en relación con la energía hidroeléctrica. En la década de 1980, hubo años de declive y aumento, pero a partir de 1990 se experimentaron incrementos considerables en la producción hidroeléctrica. Sin embargo, desde el año 2000 ha habido fluctuaciones, con años como 2003 que vieron un aumento significativo y otros como 2016 con una fuerte caída. En los últimos años, 2021 mostró un repunte con un notable incremento, aunque recientemente en 2023 hubo una ligera disminución. Este historial refleja la necesidad de diversificar las fuentes de energía baja en carbono para mejorar la estabilidad energética y reducir la vulnerabilidad a las fluctuaciones en la producción hidroeléctrica. Al orientar su transición hacia fuentes más variadas y confiables como la energía nuclear, eólica y solar, Zimbabwe puede construir una matriz energética más resiliente.