Uruguay ha logrado un impresionante hito en su matriz eléctrica, con más del 94% de su electricidad proveniente de fuentes bajas en carbono. Este éxito refleja un fuerte compromiso hacia una energía más verde y sostenible. La energía hidroeléctrica constituye más de dos quintas partes de la generación, mientras que la energía eólica y los biocombustibles también contribuyen significativamente. La energía solar, aunque más pequeña, sigue siendo una parte importante de esta matriz baja en carbono. Con solo un poco más del 5% de electricidad producida a partir de combustibles fósiles, Uruguay no solo se beneficia internamente al reducir las emisiones, sino que también desempeña un papel clave como exportador neto de electricidad, ayudando a los países vecinos a disminuir su dependencia de fuentes fósiles.
¿Está creciendo la electricidad en Uruguay?
En cuanto al crecimiento del consumo de electricidad en Uruguay, las cifras más recientes indican un aumento positivo. En 2024, el consumo total alcanzó los 5097 kWh por persona, superando el récord anterior de 4730 kWh por persona registrado en 2019. Así, se observa un aumento de 367 kWh por persona, lo que refleja una tendencia ascendente en el consumo eléctrico. En términos de generación baja en carbono, también se ha observado un crecimiento: los últimos datos muestran que se generaron 4823 kWh por persona en comparación con la cifra récord anterior de 4648 kWh por persona en 2019, marcando un aumento de 175 kWh por persona. Este crecimiento es un paso positivo hacia la electrificación de otros sectores críticos como el transporte y la industria.
Sugerencias
Para impulsar aún más la generación de electricidad baja en carbono en Uruguay, la expansión de la energía eólica aparece como una vía clara y eficaz, dado su ya destacado papel en el suministro eléctrico del país. Además, Uruguay podría considerar diversificar su matriz energética a través de más inversiones en tecnología solar y, potencialmente, en energía nuclear, cuyo beneficio de generación continua y limpia puede complementar las fluctuaciones estacionales de fuentes como la eólica e hidroeléctrica. Estas medidas no solo contribuirán a satisfacer la creciente demanda de electricidad sino que también proporcionarán un marco energético aún más resiliente y sostenible.
Historia
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Uruguay ha mostrado algunos altibajos en las últimas décadas. En los años 80 y 90, la energía hidroeléctrica experimentó varios cambios, con incrementos notables en 1980, 1983 y 1990, y caídas en 1988 y 1995. La última década del siglo XX y la primera del XXI vieron una recuperación y luego fluctuaciones en la energía hidroeléctrica, con marcadas reducciones en 1999, 2004 y 2006, aunque también con picos positivos en 2007 y 2010. En años más recientes, en 2020 y 2023 se enfrentaron nuevamente caídas, hasta un repunte significativo en 2024. Estas variaciones a lo largo de los años resaltan la necesidad de un enfoque amplio y flexible que incorpore tecnologías adicionales de energía limpia para mantener la estabilidad y el crecimiento del suministro eléctrico.
Electrificación
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