Uruguay ha logrado un hito notable en su consumo de electricidad al obtener más del 98% de su energía de fuentes bajas en carbono durante el período de septiembre de 2024 a agosto de 2025. Este logro refleja el compromiso del país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover un entorno más limpio al obtener casi la mitad de su electricidad de la energía hidroeléctrica, una tercera parte de la energía eólica, alrededor de un séptimo de biocombustibles y algo de energía solar. En comparación, el consumo de electricidad de fuentes de combustibles fósiles es casi inexistente, con solo un 1.58% deducido de gas. Además de satisfacer la demanda interna, Uruguay se destaca como un importante exportador neto de electricidad, lo que contribuye a reducir las emisiones en las regiones vecinas. Con esto, el próximo desafío es electrificar otros sectores cruciales como el transporte, la calefacción y la industria, lo cual requerirá un aumento significativo en la generación de electricidad limpia.
¿Está creciendo la electricidad en Uruguay?
Aunque Uruguay ha mostrado avances impresionantes en la limpieza de su matriz energética, el reciente descenso en el consumo de electricidad genera preocupación. En 2025, el consumo total de electricidad cayó a 3933 kWh por persona en comparación con el récord del año anterior de 5100 kWh por persona, lo que representa una disminución de 1166 kWh por persona. De igual forma, la generación de electricidad baja en carbono disminuyó a 3871 kWh por persona desde el récord del 2024 de 4825 kWh por persona, señalando un descenso de 954 kWh por persona. Este descenso es decepcionante, especialmente considerando las necesidades futuras previstas de electrificación. Es imperativo que Uruguay recupere su impulso hacia el crecimiento energético para satisfacer la futura demanda esperada que surgiría de la transición a la electrificación generalizada.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Uruguay debería considerar la expansión de tecnologías ya establecidas, como la energía eólica, que ha demostrado ser una fuente sustancial en su matriz energética. Además, se debería explorar la incorporación de otras fuentes de energía limpia, como la solar, que también ofrece un enorme potencial de crecimiento. La disponibilidad creciente de electricidad baja en carbono no solo consolidará el papel del país como líder en energía limpia, sino que también asegurará la capacidad de satisfacer las necesidades futuras de electrificación tanto a nivel doméstico como regional. A medida que el mundo avanza hacia soluciones energéticas más sostenibles, Uruguay puede mostrar el camino con una política energética que priorice el desarrollo y la expansión de todas las formas de energías limpias.
Historia
En la historia del desarrollo de la electricidad baja en carbono en Uruguay, se observan cambios significativos en la generación de electricidad a partir de la energía hidroeléctrica desde la década de los 80. En los primeros años de esta década, se registraron aumentos considerables, como en 1980 y 1983 con 2.2 TWh adicionales cada año. Durante los años 90, hubo un impulso significativo en 1990 y 1992 con aumentos de 3.1 y 1.8 TWh respectivamente, aunque también experimentaron retrocesos en algunos años posteriores. En 1998, se añadió 2.7 TWh, pero al año siguiente se produjo una caída de 3.7 TWh. A partir de 2007, se alcanzó un aumento significativo de 4.5 TWh, antes de una nueva caída en 2008. En años más recientes, Uruguay ha enfrentado nuevos desafíos como la disminución en 2020 y 2023. Sin embargo, el año 2024 trajo un resurgimiento con 3.8 TWh adicionales, lo que destaca la capacidad del país para recuperarse y adaptar su estrategia energética hacia un futuro más sostenible.
Electrificación
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