En 2021, el consumo de electricidad en la Guayana Francesa se caracterizó por una preponderancia de fuentes de energía limpia. Más de la mitad de la electricidad fue generada por energía hidroeléctrica, representando aproximadamente el 58% del total. La electricidad baja en carbono, que incluye la hidroeléctrica, energía solar y biocombustibles, representa aproximadamente el 69% del total, mostrando un compromiso notable hacia fuentes de energía sostenibles. Sin embargo, casi un tercio de la electricidad sigue proviniendo de combustibles fósiles, reflejando la necesidad de una transformación hacia prácticas más limpias y sostenibles.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, la Guayana Francesa podría considerar ampliar su capacidad de energía solar, teniendo en cuenta el éxito de países que han integrado eficazmente la energía eólica y solar en su matriz eléctrica. Por ejemplo, Grecia ha logrado generar el 22% de su electricidad a partir de energía solar, mientras que Chile ha alcanzado un 21%. Al observar estos ejemplos, la Guayana Francesa podría beneficiarse de un enfoque estratégico dirigido a aumentar su infraestructura solar para reducir la dependencia de combustibles fósiles. Además, aunque no se mencionan inversiones nucleares actuales en la región, seguir el ejemplo de países como Francia, donde un 67% de la electricidad es generada por energía nuclear, podría ser una opción viable para fortalecer la capacidad de generación de electricidad limpia.
A lo largo de las dos primeras décadas del siglo XXI, la generación de electricidad baja en carbono en la Guayana Francesa ha mostrado cambios modestos, especialmente en el sector hidroeléctrico. Durante los años 2000, la generación de energía hidroeléctrica experimentó fluctuaciones menores, con incrementos y disminuciones puntuales que variaron en décimas de TWh. El avance más significativo se observó en la última parte de la década del 2010 hacia 2021, donde la estabilidad en la producción hidroeléctrica apuntó hacia una consolidación de esta fuente. La contribución de fuentes como la energía solar y los biocombustibles ha sido menos perceptible en comparación, pero siguen siendo parte de la matriz energética baja en carbono, representando un potencial futuro en caso de enfocarse estratégicamente en su expansión.