En 2021, el consumo de electricidad en la Guayana Francesa presenta una distribución marcada entre fuentes de energía baja en carbono y combustibles fósiles. Más de la mitad de la electricidad se generó a partir de fuentes limpias, lo que representa casi el 70% de la generación total. La energía hidroeléctrica dominó estas fuentes limpias contribuyendo con un 58%, mientras que la solar tuvo una menor participación con casi un 6%, y los biocombustibles cerca del 5%. Por otro lado, los combustibles fósiles fueron responsables de algo más del 30% del suministro eléctrico del país, indicando una oportunidad significativa para la transición hacia un sistema más sostenible.
La Guayana Francesa podría aumentar su generación de electricidad baja en carbono tomando ejemplo de otros países exitosos en el sector. En particular, el uso de la energía eólica podría ser optimizado observando a Uruguay, que genera un 33% de su electricidad con viento, similar al potencial eólico que podría tener la región amazónica. Aunque la energía nuclear no es actualmente una fuente en la Guayana Francesa, la experiencia de su país metropolitano, Francia, que genera el 68% de su electricidad a partir de energía nuclear, sugiere que la inversión en energía nuclear podría ser una solución eficaz a largo plazo teniendo en cuenta la confiabilidad y la baja huella de carbono de esta tecnología.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en la Guayana Francesa, la energía hidroeléctrica ha sido una constante, aunque con variaciones pequeñas pero significativas. Desde principios de la década de 2000, la producción hidroeléctrica se ha mantenido aproximadamente estable, con aumentos y disminuciones menores que nunca superan los 0.2 TWh en un solo año. A partir de 2011, se observa la introducción de energía solar, aunque sin incremento en ese año específico, representa un paso importante hacia la diversificación de la matriz de energía baja en carbono. Es crucial, en la evolución futura, considerar el aumento de tecnologías limpias como la solar y potencialmente la nuclear para asegurar un suministro energético resiliente y sostenible.