En 2023, la mayoría de la electricidad en Marruecos sigue proviniendo de combustibles fósiles, con más del 75% de la generación total. El carbón representa la mayor parte de esto, constituyendo más del 60% de la electricidad total. En contraste, la electricidad baja en carbono, que incluye energía eólica, solar e hidráulica, conforma poco más del 20% del suministro eléctrico. De estas fuentes bajas en carbono, la energía eólica es la más significativa, aportando cerca del 15%, seguida por la energía solar con aproximadamente el 5% y la energía hidroeléctrica con algo más del 1%. Las importaciones netas constituyen algo más del 4% de la generación eléctrica total.
Para que Marruecos aumente la generación de electricidad baja en carbono, una ampliación de la ya considerable capacidad eólica podría ser un primer paso efectivo. Aprendiendo de países como Dinamarca, que genera más del 60% de su electricidad a partir del viento, Marruecos podría seguir el ejemplo de aplicar tecnologías avanzadas y adoptar políticas más favorables a la energía eólica. Además, experiencias de países similares como Uruguay, que obtiene cerca del 36% de su electricidad de la energía eólica y Grecia con el 22% de energía solar, también pueden proporcionar valiosas lecciones sobre cómo maximizar el potencial de estas fuentes renovables. La inversión en infraestructura y en proyectos de energía solar puede ser crucial para acercarse a estos objetivos.
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Marruecos muestra un progreso significativo en las últimas décadas, especialmente en energía eólica y solar. En los años recientes, la energía eólica ha visto incrementos notables, con un aumento de 1.2 TWh en 2023. La energía solar también ha mostrado un crecimiento constante, aumentando 0.7 TWh en el mismo año. Durante la década de 2010, la energía hidroeléctrica experimentó fluctuaciones, con aumentos de hasta 1.6 TWh en 2009, aunque también hubo años de disminución como en 2011 con una caída de 1.5 TWh. En general, Marruecos ha mostrado un compromiso creciente con la electricidad baja en carbono, lo cual es crucial para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles y mitigar los impactos negativos del cambio climático y la contaminación del aire.