En 2024, el consumo de electricidad en Australia continúa dependiendo en gran medida de combustibles fósiles, que representan cerca de dos tercios de la generación total. El carbón por sí solo contribuye con casi la mitad, mientras que el gas añade otro 17%. Sin embargo, Australia también se apoya considerablemente en fuentes bajas en carbono, generando más de un tercio de su electricidad a partir de estas. La solar destaca dentro de las fuentes limpias, proporcionando casi un 18%, y la energía eólica contribuye con alrededor de un 12%. Aunque la energía hidroeléctrica y los biocombustibles ocupan un espacio menor en la generación total, estos aportes son una señal de los esfuerzos australianos por diversificar sus fuentes de energía y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
¿Está creciendo la electricidad en Australia?
El consumo total de electricidad por persona ha demostrado un descenso notable desde 2007, de 11605 kWh/persona a 10489 kWh/persona en 2024, lo cual indica una disminución de 1116 kWh/persona. Esta reducción podría interpretarse como un estancamiento preocupante en el crecimiento de la electricidad, especialmente cuando se considera la necesidad de mayor electricidad para soportar la electrificación futura y el crecimiento de la inteligencia artificial. Sin embargo, en el ámbito de la electricidad baja en carbono, se observan pequeñas señales de avance, como lo demuestra el aumento en la generación baja en carbono, que alcanzó los 3722 kWh/persona, superando el récord anterior del año 2023.
Sugerencias
Para impulsar el desarrollo de la electricidad baja en carbono en Australia, es esencial expandir aún más la energía solar y eólica, que ya generan cantidades significativas de electricidad. Australia podría aprender de áreas como Iowa y Dakota del Sur, donde la energía eólica constituye una porción significativa de la generación. Además, para diversificar aún más su matriz energética y obtener un suministro más estable, Australia debería considerar seriamente el desarrollo de energía nuclear, siguiendo el ejemplo de países como Francia y Eslovaquia, que han logrado un gran éxito al integrar la energía nuclear como un componente principal de su producción de electricidad baja en carbono.
Historia
A lo largo de las últimas décadas, la historia de la electricidad baja en carbono en Australia ha mostrado un panorama mixto. Desde 1980, la energía hidroeléctrica ha experimentado alzas y caídas, como se vio en 2011 con un aumento de 5.8 TWh, seguido por variaciones en los años posteriores. A partir de 2018, Australia ha invertido en fuentes solares y eólicas, lo que ha resultado en un aumento constante y significativo; por ejemplo, en 2021, la generación solar se incrementó en 7.3 TWh. Este crecimiento refleja un enfoque positivo hacia ampliar su capacidad de generación baja en carbono, abriendo camino hacia un sector energético más limpio y sostenible para el futuro de Australia.
Electrificación
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