En el período comprendido entre octubre de 2024 y septiembre de 2025, el consumo de electricidad en Australia presenta una clara división entre fuentes de combustibles fósiles y fuentes bajas en carbono. La electricidad generada a partir de combustibles fósiles representó más de la mitad del total, con aproximadamente el 59% que proviene principalmente del carbón, que solo, aporta cerca del 45%, seguido del gas con un 14% y el petróleo con poco más del 1%. Por otro lado, las fuentes de energía baja en carbono ocuparon una parte significativa, produciendo alrededor del 41% de la electricidad. De estas fuentes limpias, la energía solar fue destacada, generando casi un 21%, mientras que la energía eólica aportó un 14% y la energía hidroeléctrica casi un 5%.
Las fuentes de datos utilizadas en esta página incluyen EIA, IEA y World Bank. Más sobre fuentes de datos →
¿Está creciendo la electricidad en Australia?
En cuanto al crecimiento del consumo de electricidad en Australia, hay una tendencia preocupante de declive en el consumo total de electricidad por persona. Actualmente, el consumo es de 9858 kWh por persona, lo que representa una disminución de 1754 kWh en comparación con el récord histórico de 2002. Sin embargo, en el ámbito de la generación de electricidad baja en carbono, hay una ligera mejora. El aumento reciente a 4015 kWh por persona supera el récord anterior del año pasado de 3885 kWh por persona, mostrando un incremento de 131 kWh por persona. Esto indica un limitado pero positivo crecimiento en la adopción de fuentes de energía más limpias, contrarrestado por una preocupante disminución en el consumo total de electricidad que podría afectar la capacidad de Australia para satisfacer la creciente demanda futura de energía.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Australia debería centrarse en la expansión de las tecnologías de energía solar y eólica existentes, ya que estas ya constituyen una parte significativa de su mezcla energética baja en carbono. Observando el éxito de otras regiones, Australia puede aprender de países como Dinamarca e Iowa, donde la energía eólica contribuye en gran medida a la generación de electricidad, alcanzando el 49% y 60% respectivamente. Además, la incorporación de energía nuclear, como se ve en Francia, donde más del 69% de la electricidad proviene de fuentes nucleares, y países como Eslovaquia con 67%, podría ser una estrategia esencial. Estas experiencias demuestran la eficacia de combinar energía eólica, solar y nuclear para lograr un suministro eléctrico limpio y sostenible.
Historia
En la historia de la generación de electricidad baja en carbono en Australia, se pueden observar ciertos patrones significativos. En las primeras décadas del siglo XXI, la energía eólica y solar han experimentado un notable crecimiento. En 2019, la energía solar aumentó en 4,9 TWh, continuando con incrementos significativos en años posteriores, alcanzando aumentos de 9,2 TWh en 2020 y 8,9 TWh en 2021. De manera similar, la generación de energía eólica creció con incrementos en 2014, 2018, y de manera consecutiva desde 2019 hasta 2025. Sin embargo, las fluctuaciones en la energía hidroeléctrica han resaltado una menor estabilidad, con varios declives notables a lo largo de los años, sugiriendo la necesidad de equilibrar el enfoque en estas renovables con otras fuentes como la nuclear. Este historial destaca la importancia de seguir invirtiendo en tecnologías de energía solar y nuclear para asegurar un suministro eléctrico estable y sostenible para el futuro de Australia.