En Turquía, a partir de los datos de 2023, se observa que más de la mitad de la electricidad consumida proviene de los combustibles fósiles, especificamente el 56%. Esto incluye al carbón (35%) y al gas (21%) como los contribuyentes principales. Por otro lado, cerca del 42% de la electricidad se genera a través de fuentes de energía bajas en carbono. La energía hidroeléctrica (20%), la eólica (11%) y la solar (6%) son las principales fuentes de esta electricidad baja en carbono. Cabe señalar también que una pequeña porción se obtiene a partir de energía geotérmica (3%) y biocombustibles (3%).
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Turquía podría centrar sus esfuerzos en la ampliación de sus tecnologías eólicas existentes, pues estas ya están generando grandes cantidades de electricidad en el país. Tomando como referencia el éxito de países como Dinamarca (59% de electricidad eólica) e Irlanda (35% de electricidad eólica), Turquía podría replicar sus estrategias y fortalecer la generación de electricidad a partir de energía eólica. No deben descartar la adopción de energía nuclear con ejemplos como Francia y Ucrania, que generan el 66% y 58% de su electricidad a partir de esta fuente, respectivamente.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en Turquía, la generación de electricidad a partir de la energía hidroeléctrica ha tenido altibajos significativos a lo largo de las décadas. A finales de la década de 1980, la generación de electricidad hidroeléctrica aumentó (6.7 TWh en 1987 y 10.3 TWh en 1988) pero después experimentó una reducción (-11 TWh en 1989). A finales de la década de 1990 y principios de 2000, a pesar de algunas disminuciones intercaladas, la generación de electricidad hidroeléctrica ha ido en aumento, alcanzando un pico de 15.8 TWh en 2010. En la última década, a pesar de sufrir fluctuaciones, hay una tendencia creciente en la producción de energía eólica, con un incremento notable de 6.6 TWh en 2021.