En 2024, el consumo de electricidad en Turquía se divide entre dos grandes categorías: casi un 54% proviene de combustibles fósiles, mientras que el 46% restante se genera a partir de fuentes de energía baja en carbono. Desglosando estos números, vemos que el carbón constituye más de un tercio del total con un 35%, seguido del gas con aproximadamente un 19%. En términos de fuentes bajas en carbono, la energía hidroeléctrica lidera con cerca de un 22%, seguida de la energía eólica con un 11%, y la solar que representa un 8%. Las contribuciones de la energía geotérmica y los biocombustibles son menores, sumando a su vez casi un 6% del total. Este panorama resalta la necesidad de incrementar el uso de energías limpias y sostenibles para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar la transición hacia un futuro energético más verde.
¿Está creciendo la electricidad en Turquía?
La tendencia en el consumo de electricidad en Turquía está creciendo, lo que es una señal alentadora. El consumo per cápita en 2024 alcanzó los 3917 kWh, sobrepasando el récord previo de 3782 kWh en 2021. Este crecimiento no es solo en el consumo total, sino también en la generación de electricidad baja en carbono, que asciende a 1784 kWh/persona en 2024, superando el récord anterior de 1551 kWh en 2019. Este aumento en la producción de energía limpia es crucial para satisfacer la demanda creciente y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, cuyas repercusiones ambientales son bien conocidas.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Turquía podría expandir sus capacidades eólicas, ya que esta tecnología ya genera cantidades significativas de electricidad limpia en el país. Además, hay lecciones valiosas que se pueden aprender de otros países con éxito en la generación de energía baja en carbono. Dinamarca, por ejemplo, ha logrado que el 52% de su electricidad provenga de la energía eólica. Otro ejemplo relevante es Grecia, que genera un 21% de su electricidad a partir de energía solar. Incrementar la inversión en estas áreas podría ayudar significativamente a Turquía a avanzar en su transición hacia una matriz eléctrica más sostenible y segura.
Historia
Históricamente, la electricidad baja en carbono en Turquía ha mostrado fluctuaciones notables, especialmente en la generación hidroeléctrica. Los años ochenta y noventa fueron testigos de altibajos, destacados por años de crecimiento seguidos por caídas sustanciales. La primera década del siglo XXI continuó con esta tendencia, con 2010 viendo un pico de aumento de 15.8 TWh, seguido de una notable disminución en 2014. Más recientemente, se observan aumentos significativos, por ejemplo, en 2019 y en 2024. Estos eventos resaltan la importancia de la planificación y la inversión estratégica en tecnologías de energía limpia, como la eólica y la solar, para asegurar un suministro energético más estable y confiable.
Electrificación
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