En Papúa Nueva Guinea, la generación de electricidad actualmente depende en gran medida de los combustibles fósiles, representando más de tres cuartos de la generación de electricidad en 2023. El gas es el mayor contribuyente dentro de los combustibles fósiles, constituyendo casi un quinto de la producción eléctrica. En contraste, la energía baja en carbono representa un poco menos de una cuarta parte, siendo la energía hidroeléctrica la fuente predominante con poco más de una quinta parte, mientras que la energía geotérmica contribuye con poco más del 2%. La baja participación de las energías limpias es un asunto crucial, ya que los beneficios asociados de reducción de emisiones y mitigación del cambio climático son considerables comparados con los impactos negativos de los combustibles fósiles.
¿Está creciendo la electricidad en Papúa Nueva Guinea?
En términos de consumo eléctrico, Papúa Nueva Guinea ha experimentado un declive preocupante. En 2023, cada persona consumió un promedio de 455 kWh de electricidad, reflejando una disminución de 99 kWh/persona comparado con el récord histórico alcanzado en 2004. Similarmente, la generación de electricidad baja en carbono también decreció significativamente, con una reducción de 86 kWh/persona desde su punto máximo en 1995. Estos datos indican que el crecimiento en el consumo de electricidad, especialmente de fuentes limpias, ha sido problemático y requiere atención inmediata para satisfacer la futura demanda eléctrica provocada por la electrificación y el crecimiento tecnológico.
Sugerencias
Para mejorar la generación de electricidad baja en carbono, Papúa Nueva Guinea podría considerar aprender de países y regiones que han alcanzado éxitos considerables en este ámbito. La energía solar emerge como una opción prometedora, tal como lo demuestra Líbano, donde casi un tercio de su electricidad proviene de esta fuente, o Chile, donde el 23% es generado por energía solar. Asimismo, adoptar energía nuclear podría ser una estrategia efectiva, siguiendo el ejemplo de países como Francia, donde el 69% de la electricidad es nuclear, o Slovacia, con un 64%. La implementación de estas estrategias podría no solo impulsar la capacidad de generación, sino también reducir las emisiones de carbono, contribuyendo a un futuro más sostenible.
Historia
Desde la década de los 80, Papúa Nueva Guinea ha experimentado cambios modestos pero fluctuantes en su generación de electricidad baja en carbono. En los años 80 y 90, la energía hidroeléctrica vio pequeños incrementos, con un crecimiento significativo en 1995. Sin embargo, hubo también caídas intermitentes, como en 1997 y 2017. La energía geotérmica comenzó a contribuir en la década de 2000, con un aumento notable en 2005. A pesar de estos desarrollos, han habido altibajos y pérdidas, especialmente en 2018 cuando la geotérmica retrocedió significativamente. El historial de estos incrementos y caídas refleja la necesidad de una estrategia más consistente y sostenida para mejorar la viabilidad y eficacia de las fuentes de energía limpia a largo plazo.
Electrificación
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