Actualmente, Papúa Nueva Guinea se enfrenta a un panorama energético dominado principalmente por combustibles fósiles y una porción menor pero significativa de energía baja en carbono. Más de tres cuartas partes de la electricidad generada en el país provienen de fuentes fósiles, siendo el gas la más destacada con aproximadamente una quinta parte del total. En el ámbito de la energía limpia, la mayor parte proviene de la energía hidroeléctrica, que representa más de una quinta parte, mientras que la energía geotérmica aporta una pequeña fracción. Este alto porcentaje de combustibles fósiles tiene implicaciones ambientales preocupantes, especialmente en términos de emisiones de carbono, por lo que es esencial que el país considere aumentar el uso de fuentes de energía baja en carbono para mitigar los efectos negativos sobre el clima y mejorar la salud pública.
¿Está creciendo la electricidad en Papúa Nueva Guinea?
En cuanto al crecimiento del consumo eléctrico en Papúa Nueva Guinea, las cifras recientes indican una disminución. En 2023, el consumo de electricidad se situó en 455 kWh por persona, una disminución notable frente al récord de 555 kWh por persona en 2004. Esto evidencia una preocupante tendencia a la baja en el consumo eléctrico total. La generación de electricidad baja en carbono también ha disminuido desde su pico en 1995, cayendo a 108 kWh por persona actualmente. Esta caída en la electricidad limpia es motivo de preocupación, ya que subraya la necesidad urgente de fomentar un crecimiento sostenible en el sector energético para satisfacer la demanda futura y apoyar el desarrollo económico.
Sugerencias
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Papúa Nueva Guinea podría beneficiarse de seguir ejemplos exitosos de otras regiones. Países como Francia y estados como Nuevo Hampshire han logrado significativos porcentajes de generación nuclear, lo que demuestra el potencial de esta energía baja en carbono. Asimismo, la energía solar ha mostrado ser prometedora en regiones como Chile y Líbano. La adopción de energía nuclear y solar podría proporcionar una solución efectiva, disminuyendo la dependencia de combustibles fósiles y promoviendo un entorno más sostenible. Con el ejemplo de estas naciones, Papúa Nueva Guinea tiene la oportunidad de formar un sistema energético que soporte las necesidades futuras y contribuya a la lucha global contra el cambio climático.
Historia
En la historia reciente de Papúa Nueva Guinea, ha habido fluctuaciones en la producción de energía baja en carbono. Durante los años 80, la energía hidroeléctrica tuvo aumentos menores, mientras que los registros de la década de 1990 muestran expansiones más significativas, especialmente en 1995. El nuevo milenio vio la introducción y crecimiento de la energía geotérmica, particularmente marcada por un aumento en 2005. Sin embargo, en los últimos años, ha habido disminuciones ocasionales, como en 2017 y 2018 para ambas energías, lo que refleja desafíos en la estabilidad y crecimiento de fuentes limpias. Estos altibajos destacan la necesidad de políticas a largo plazo y compromisos hacia el desarrollo sostenido de infraestructura energética baja en carbono en el país.
Electrificación
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