Según nuestro modelo de previsión, utilizando datos reales de los primeros 6 meses del año 2023 y datos previstos para los últimos 3 meses, el estado actual del consumo de electricidad en El Salvador muestra una notable inclinación hacia energías bajas en carbono. Aproximadamente, más de la mitad de la electricidad generada proviene de fuentes limpias: 5.24 TWh de energía baja en carbono, incluyendo 1.62 TWh de energía hidroeléctrica, 1.59 TWh de energía geotérmica y 1.11 TWh de energía solar. Contrariamente, el país genera cerca de un tercio de su electricidad a partir de combustibles fósiles: 2.19 TWh en total, desglosados en 1.44 TWh de gas entre otros. Comparado con el promedio mundial de 432 vatios por persona, El Salvador genera una cantidad significativamente baja de electricidad por persona, lo cual puede tener efectos adversos en el desarrollo económico y la calidad de vida de sus ciudadanos.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, El Salvador podría enfocarse en la expansión de su capacidad solar existente, ya que esta tecnología ya está contribuyendo de manera considerable. Países como India y Brasil, con economías en desarrollo y características geográficas similares, han logrado aumentar considerablemente su producción de energía solar y eólica, respectivamente, generando hasta 113 TWh y 96 TWh. Aprender de estos éxitos y adaptar políticas eficaces podría acelerar la transición de El Salvador hacia una matriz energética más limpia. Además, la expansión del uso de la energía nuclear, como lo han hecho Francia (336 TWh) y Canadá (89 TWh), también puede ser una opción viable para garantizar una fuente de energía estable y baja en carbono a futuro.
La historia de la electricidad baja en carbono en El Salvador muestra fluctuaciones significativas a lo largo de las décadas. En los primeros años de la década de 1980, la generación de energía hidroeléctrica osciló, con un aumento de 0.4 TWh en 1979 y una disminución de 0.3 TWh en 1982 para luego subir y bajar nuevamente en los años siguientes. En los últimos años, la tendencia ha sido más estable, con incrementos como los de 2017 y 2020 de 0.4 y 0.5 TWh respectivamente, aunque también ha habido algunas disminuciones notables como la de 2023, donde se registró una disminución de 0.6 TWh. La introducción de energía solar en 2020 con un aumento de 0.4 TWh es un indicativo positivo de la diversificación hacia energías bajas en carbono.