El Salvador ha logrado un notable avance en la producción de electricidad baja en carbono, alcanzando más del 80% de su generación total de electricidad de fuentes limpias. De estos, la energía hidroeléctrica representa aproximadamente un tercio, mientras que la energía geotérmica aporta cerca de un cuarto. La solar, por su parte, constituye alrededor de un 15% y los biocombustibles un 11%. Las importaciones netas complementan esta estructura de generación con un poco más del 10%. En contraste, los combustibles fósiles representan un pequeño porcentaje, poco más del 7%, que es un logro importante considerando el impacto negativo de estos en términos de cambio climático y contaminación del aire. Sin embargo, para seguir avanzando, es crucial atender la electrificación de sectores como el transporte, la calefacción y la industria, que requerirá un aumento significativo de la capacidad de generación baja en carbono.
Para continuar elevando la generación de electricidad baja en carbono, El Salvador podría expandir su capacidad solar, aprovechando la abundancia de sol en el país. La energía solar ya está contribuyendo significativamente al mix energético, y su expansión podría sostener la demanda futura sin comprometer el medio ambiente. Inversiones en tecnología fotovoltaica de vanguardia no solo mejorarían la estabilidad del sistema eléctrico, sino que también servirían como ejemplo de compromiso con un futuro energético sostenible. Además, instalar más infraestructura para almacenamiento de energía permitiría utilizar al máximo la energía solar captada durante las horas de sol.
Desde una perspectiva histórica, El Salvador ha realizado avances significativos en la generación de electricidad baja en carbono, particularmente en energía hidroeléctrica. Durante las décadas iniciales, como la de 1980, las fluctuaciones de producción eran comunes, con aumentos ocasionales seguidos de disminuciones. Sin embargo, hacia el nuevo milenio, se produjo un incremento más sostenido, especialmente notable alrededor del año 2020, cuando se sumó una significativa ampliación solar al mix energético. Este patrón de crecimiento indica un compromiso constante con el desarrollo de fuentes de energía limpia, posicionando al país como un líder en sostenibilidad energética en la región.