Durante el periodo de julio de 2023 a junio de 2024, el consumo de electricidad en Filipinas muestra una clara dependencia de los combustibles fósiles. Más de las tres cuartas partes de la electricidad del país, aproximadamente el 78%, proviene de fuentes fósiles como el carbón y el gas, siendo el carbón la más dominante con más del 61%. Por otro lado, la electricidad baja en carbono representa solo un poco más del 21% del total. Dentro de este sector, la energía geotérmica y la hidroeléctrica aportan cada una un 8% al mix energético del país, mientras que la solar y la eólica contribuyen algo menos, con un 2.6% y un 1%, respectivamente. Estas cifras destacan la necesidad de Filipinas de diversificar su matriz energética hacia fuentes más limpias para reducir su elevada dependencia de los combustibles fósiles.
Filipinas tiene la oportunidad de aprender de otros países en su transición hacia una mayor generación de electricidad baja en carbono. Por ejemplo, países como Dinamarca y Uruguay han conseguido una alta proporción de energía eólica, alcanzando el 59% y el 33% respectivamente. La historia de éxito de estos países demuestra que con las inversiones adecuadas en infraestructura eólica y políticas de apoyo sólido, Filipinas puede aumentar significativamente su participación de la energía baja en carbono. Además, Filipinas podría considerar el desarrollo de la energía nuclear, como lo han hecho Francia y Eslovaquia, que generan el 68% y el 60% de su electricidad de fuentes nucleares. Esta estrategia ayudaría a compensar las emisiones de carbono, diversificar aún más el mix energético y proporcionar una base energética más estable.
Históricamente, Filipinas ha experimentado fluctuaciones en la generación de su electricidad baja en carbono. En la década de 1980, especialmente en 1984 y 1988, hubo incrementos en la generación hidroeléctrica, con aumentos cercanos a 1.3 y 1 TWh. A finales de la década de 1990, se observó un crecimiento significativo de la energía geotérmica, con aumentos de más de 1.7 TWh en 1998 y 1999. Sin embargo, también hubo descensos, especialmente en la energía hidroeléctrica como en 1997, 2007 y 2019, cuando hubo reducciones de hasta 1.4 TWh. En años más recientes, la energía solar comenzó a ganar terreno tras el aumento de 1 TWh en 2016. Estos cambios subrayan la importancia de una planificación energética estratégica y diversificada para lograr un futuro energético más sostenible, aunque es preocupante observar todavía una disminución en la generación geotérmica en 2024.