En los últimos doce meses, de noviembre de 2023 a octubre de 2024, el consumo de electricidad en Pakistán ha mostrado una cierta inclinación hacia fuentes de energía baja en carbono. Más de la mitad, aproximadamente el 54%, de la electricidad proviene de fuentes bajas en carbono, destacándose la energía hidroeléctrica que representa casi un tercio del consumo total de electricidad. La energía nuclear también juega un papel importante, representando casi el 18% de la electricidad generada. En contraste, un 46% de la electricidad en Pakistán aún proviene de combustibles fósiles, siendo el gas y el carbón las principales fuentes en este tipo, con un 28% y un 17% respectivamente. La energía eólica, aunque aun marginal, aporta un pequeño porcentaje a la mezcla energética del país.
Para incrementar la producción de electricidad baja en carbono, Pakistán podría beneficiarse al expandir su infraestructura nuclear existente, dado su papel significativo en la matriz energética actual. Observando a otros países, podría aprender de Francia y Eslovaquia, donde la energía nuclear genera un 68% y 60% de la electricidad, respectivamente. En el ámbito de la energía eólica, naciones como Dinamarca y Uruguay han logrado generar más del 30% de su electricidad mediante esta fuente. Imitando estas estrategias exitosas, Pakistán podría diversificar y fortalecer su capacidad de generación de energía limpia, reduciendo así su dependencia de los combustibles fósiles y ayudando a mitigar el cambio climático y la contaminación del aire.
Históricamente, la generación de electricidad baja en carbono en Pakistán ha fluctuado debido a cambios en la producción hidroeléctrica y nuclear. En las décadas de los 80 y 90, la energía hidroeléctrica experimentó varios altibajos significativos. Hubo incrementos en años como 1987 y 1994, pero también serias caídas hacia finales del siglo, como en 1999 y 2007. En los últimos años, se destaca un fuerte crecimiento en la capacidad nuclear, especialmente en 2021 y 2022, con aumentos de más de 6 TWh en cada uno de esos años, lo cual refuerza la importancia del desarrollo sostenido de esta fuente en el futuro energético del país. Mientras que la energía hidroeléctrica todavía sufre variaciones en su producción, la expansión nuclear promete una fuente de electricidad más estable y confiable.