En 2022, el consumo de electricidad en Azerbaiyán estuvo dominado por los combustibles fósiles, representando más del 90% de la generación eléctrica, con el gas siendo la principal fuente con una participación cercana al 93%. En contraste, la electricidad baja en carbono, que incluye principalmente la energía hidroeléctrica, solo aportó poco más del 6% al total de la generación. Estas cifras reflejan una gran dependencia de las fuentes fósiles, subrayando la necesidad de una transición hacia fuentes más limpias y sostenibles para reducir la huella de carbono del sector eléctrico del país.
Para mejorar la producción de electricidad baja en carbono, Azerbaiyán puede explorar varias estrategias exitosas adoptadas por otros países. Aprender de países como Ucrania y Bulgaria, donde la energía nuclear representa más de la mitad y casi la mitad de su generación, respectivamente, podría ser un camino viable. Además, ejemplos de integración efectiva de la energía eólica, como en Dinamarca y Lituania, donde la energía eólica constituye más de la mitad y un tercio de la electricidad, respectivamente, pueden inspirar a Azerbaiyán a diversificar sus fuentes de energía sostenibles. Implementar políticas de apoyo y realizar inversiones en tecnología e infraestructura de energía nuclear y eólica podrían ser pasos esenciales para aumentar significativamente la proporción de electricidad baja en carbono en Azerbaiyán.
Analizando el pasado de la electricidad baja en carbono en Azerbaiyán, vemos que ha habido fluctuaciones en la generación de energía hidroeléctrica a lo largo de las décadas. En los años 80 y 90, hubo algunos incrementos y disminuciones menores en la generación hidroeléctrica. En 2010 se registró un aumento significativo de 1,1 TWh, sin embargo, los años que siguieron vieron una disminución repetida en 2011 y 2012. Desde 2015 hasta 2022, ha habido ligeros incrementos de generación hidroeléctrica. Este historial señala una necesidad de estabilidad y expansión continua en la producción de electricidad baja en carbono, ya que depender únicamente de la energía hidroeléctrica ha resultado en un crecimiento inconsistente. Seguir el ejemplo de países que diversifican su mix energético puede ayudar a Azerbaiyán a alcanzar una matriz eléctrica más sostenible y limpia.