Costa Rica ha logrado un impresionante avance en la generación de electricidad baja en carbono, con un 94.02% de su electricidad procedente de fuentes limpias. Más de dos tercios de la electricidad del país se genera a partir de energía hidroeléctrica, mientras que la geotérmica y la energía eólica contribuyen con casi una cuarta parte en total. Este uso predominante de fuentes bajas en carbono sitúa a Costa Rica como un líder mundial en generación de electricidad sostenible. Con solo el 5.98% de su electricidad dependiendo de combustibles fósiles, el país no solo tiene una red de generación relativamente limpia, sino que también es un exportador neto significativo de electricidad, ayudando a sus vecinos a reducir sus emisiones. No obstante, se enfrenta al reto de electrificar otros sectores como el transporte, la calefacción y la industria, lo que requerirá un aumento sustancial en la generación de electricidad.
Para incrementar aún más la generación de electricidad baja en carbono, Costa Rica podría enfocarse en ampliar su capacidad de generación eólica. Dado que la energía eólica ya es una parte integral de su matriz eléctrica, expandirla podría ser una estrategia eficaz para aumentar la proporción de generación limpia. Además de ser una fuente de energía más verde y sostenible, la ampliación de parques eólicos podría ayudar a garantizar un suministro eléctrico estable y sostenible para la creciente demanda futura a medida que más sectores se electrifiquen. La inversión en tecnologías avanzadas de generación eólica y la mejora de la infraestructura para apoyar estas expansiones serán fundamentales para el éxito del país en su transición energética.
La historia de la electricidad baja en carbono en Costa Rica ha sido marcada por varias etapas de crecimiento. En los años 80, la energía hidroeléctrica vio un incremento constante, con aumentos en 1980 y 1983. Durante los 90, la diversificación comenzó con el crecimiento de la energía geotérmica en 1992, y se mantuvo una tendencia estable en la generación hidroeléctrica con algunas fluctuaciones, incluyendo un notable aumento en 1997 y un pequeño decaimiento en años posteriores. En la década de 2010, se observó un significativo incremento en la capacidad hidroeléctrica en 2015, seguido por la inclusión de la energía eólica en 2018 y un impulso adicional en la energía geotérmica en 2019. Aunque hubo algunas disminuciones en años recientes, especialmente en 2023, estas han sido gestionadas con eficaces compensaciones en otras áreas, manteniendo así el compromiso del país con su objetivo de una matriz eléctrica baja en carbono.