En 2023, Costa Rica generó una cantidad considerable de electricidad baja en carbono, siendo la energía hidroeléctrica la principal contribuyente con un total de 8.26 TWh. Asimismo, la energía geotérmica y eólica contribuyeron significativamente con 1.47 TWh y 1.46 TWh respectivamente. En total, la generación de electricidad baja en carbono alcanzó 11.24 TWh, lo que es notable en comparación con el promedio global de 410 watts por persona. La dependencia del país en energías limpias y sostenibles ha contrarrestado en gran medida los impactos adversos del cambio climático y la contaminación atmosférica que suelen asociarse a la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles.
Para aumentar aún más la generación de electricidad baja en carbono, Costa Rica podría considerar la expansión de su infraestructura de energía eólica, dada la eficacia demostrada de estas tecnologías en el país. Tomando como referencia a países con enfoques exitosos en energías limpias, como Brasil con su generación de 94 TWh a partir de energía eólica, Costa Rica puede aprender y adoptar mejores prácticas para un desarrollo más sostenible. Tanto la escala de generación eólica de Brasil, como su éxito en la producción de electricidad limpia, proveen ejemplos valiosos a seguir.
En lo que respecta a la historia de la electricidad baja en carbono en Costa Rica, se puede identificar un patrón de dependencia constante en la energía hidroeléctrica a lo largo de las últimas décadas. Los años 1980 y 1990 vieron incrementos modestos en la generación de hidroelectricidad, aunque también presentaron fluctuaciones menores. La década de 2000 vio incrementos más llamativos, con un aumento constante de la generación de energía hidroeléctrica. Sin embargo, en 2023 experimentó una disminución en la generación de energía hidroeléctrica. En paralelo, las fuentes de energía alternativas como la geotérmica y la eólica también han mostrado un crecimiento gradual. En particular, la energía eólica comenzó a jugar un papel más relevante en 2018, lo que demuestra la viabilidad de diversificar las fuentes de energía baja en carbono en Costa Rica.