En el periodo comprendido de junio de 2024 a mayo de 2025, México presenta un panorama energético con una ligera ventaja en la generación de electricidad baja en carbono, que representa más de la mitad del total. Dentro de esta categoría, la energía eólica contribuye con casi dos quintas partes, mientras que la energía solar suma más de una décima parte. Sin embargo, los combustibles fósiles, principalmente el gas y el carbón, todavía generan una cantidad considerable de electricidad, con el gas representando casi tres décimas partes y el carbón una quinta parte. Es alentador ver que la energía baja en carbono está comenzando a destacarse, pero existe una necesidad importante de continuar empujando hacia una generación eléctrica más limpia y sostenible.
¿Está creciendo la electricidad en Nuevo México?
En términos de consumo individual de electricidad, Nuevo México muestra una tendencia decreciente en comparación con el récord histórico de 2009. El consumo actual por persona es de más de 18,000 kWh, lo cual es notablemente inferior al pico anterior. Sin embargo, se observa un crecimiento en la generación de electricidad baja en carbono, alcanzando recientemente más de 9,400 kWh/persona, sobrepasando así el récord anterior establecido en 2024. Es esencial interpretar este aumento como una oportunidad para acelerar y expandir la generación de energía limpia. Si bien es crucial aplaudir este crecimiento, la disminución general en el consumo de electricidad es motivo de preocupación, ya que podría limitar el avance hacia una mayor electrificación y los beneficios económicos y ambientales que esta conlleva.
Sugerencias
Para mejorar la generación de electricidad baja en carbono, Nuevo México debería enfocarse en ampliar su capacidad eólica y solar, dado que estas ya constituyen una parte significativa de su matriz energética. A partir de experiencias exitosas en otras regiones, como Iowa y Dakota del Sur en términos de energía eólica, y Grecia y Chile en energía solar, Nuevo México puede aprender a maximizar la producción limpia. Además, la inclusión de energía nuclear, tal como lo han hecho países con un alto porcentaje de generación nuclear como Francia y estados de Estados Unidos como Nuevo Hampshire, puede ser una dirección estratégica clave. Estas actividades no solo robustecerán la transición energética del estado sino que también ayudarán a mitigar los impactos negativos del cambio climático derivados del uso de combustibles fósiles.
Historia
Analizando la historia de la generación eléctrica baja en carbono en Nuevo México, la última década ha sido dinámica. Desde 2005 hasta 2011, la energía eólica fue ganando terreno lentamente, con incrementos modestos cada año. Sin embargo, a partir de 2016, el crecimiento se volvió más pronunciado, alcanzando aumentos significativos en 2016 y en los años subsecuentes. Durante 2021 y 2022 se registraron incrementos notables en la capacidad de energía eólica. También, a partir de 2017, la energía solar comenzó a implantarse con incrementos notables, especialmente en 2024. Sin embargo, en 2025, se observó una caída en la generación eólica, lo cual sugiere un área de mejora para mantener y expandir la infraestructura baja en carbono. Es crucial que Nuevo México mantenga este impulso para asegurar un futuro energético más sostenible y limpio.