En Puerto Rico, el consumo de electricidad durante el periodo comprendido entre julio de 2023 y junio de 2024 muestra una clara dependencia de los combustibles fósiles. Más de la mitad de la electricidad de la isla proviene de gas, representando aproximadamente el 44%, mientras que el carbón contribuye con un poco más del 16%. Esto lleva a que los combustibles fósiles, en conjunto, generen casi el 98% del suministro eléctrico. En contraste, los esfuerzos para adoptar fuentes de electricidad baja en carbono son aún incipientes, dado que estas solo representan alrededor del 2% del total. La energía solar es la principal fuente de electricidad baja en carbono, aunque apenas alcanza un 1.3%, lo que indica un retraso significativo en la transición hacia un sistema energético más sostenible.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Puerto Rico podría aprender de la experiencia de otros países que han tenido éxito en este ámbito. Por ejemplo, naciones como Dinamarca y Uruguay han logrado integrar la energía eólica de manera significativa, generando en torno al 59% y 36% de su electricidad respectivamente. Asimismo, Grecia ha conseguido que la energía solar represente el 22% de su suministro eléctrico. Siguiendo estos ejemplos, Puerto Rico debería invertir en infraestructuras que favorezcan el desarrollo de la energía eólica y solar, ya que sus condiciones geográficas y climáticas son propicias para ello. Otra medida estratégica sería considerar la construcción de plantas nucleares, ya que países como Eslovaquia y Francia han garantizado su suministro energético con un alto porcentaje de generación nuclear, alcanzando un 60% y 67% respectivamente.
Históricamente, el desarrollo de la electricidad baja en carbono en Puerto Rico ha sido modesto, con oscilaciones en la generación hidroeléctrica a lo largo de las décadas. Durante los años 80 y 90, se registraron pequeños aumentos y descensos en la producción de energía hidroeléctrica, sin cambios significativos. En 2013, se observó un aumento en la generación de energía eólica de 0.2 TWh. Sin embargo, desde entonces, el crecimiento significativo ha sido esporádico y con algunos retrocesos, como la reducción de 0.1 TWh en la energía eólica en 2023. Puesto que los cambios han sido limitados, abogan por la necesidad urgente de adoptar medidas decisivas para impulsar un incremento sustancial en la generación de electricidad baja en carbono y así fortalecer la infraestructura energética de Puerto Rico.