En Oklahoma, el consumo de electricidad en 2024 muestra una interesante división entre las fuentes energéticas. Más de la mitad de la electricidad, un 57%, proviene de combustibles fósiles con el gas representando aproximadamente el 51% mientras que el carbón contribuye con un 6%. En cuanto a la energía baja en carbono, que incluye la energía nuclear, el viento y la energía hidroeléctrica, compone casi el 43% del total. Cabe destacar que la mayor parte de esta categoría proviene de la energía eólica que representa casi el 41%, mientras que la energía hidroeléctrica es aproximadamente el 2% de la producción total.
¿Está creciendo la electricidad en Oklahoma?
El consumo de electricidad está creciendo en Oklahoma. En 2024, el consumo total de electricidad alcanzó 23,196 kWh por persona, lo que supone un aumento significativo respecto al récord anterior de 21,958 kWh por persona en 2023, es decir, un incremento de 1,238 kWh por persona. Además, la generación de electricidad baja en carbono también ha crecido, alcanzando 9,948 kWh por persona, superando el récord anterior de 9,842 kWh por persona en 2022. Este crecimiento subraya el avance continuo hacia una mayor cuota de energía limpia en el estado.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Oklahoma debería considerar expandir sus capacidades de energía eólica, ya que esta tecnología ya representa gran parte de su producción de energía limpia. Además, el estado podría aprender de regiones que han tenido éxito con energías solares y nucleares. Por ejemplo, Iowa genera un impresionante 63% de su electricidad utilizando energía eólica; mientras que estados como New Hampshire obtienen más de la mitad de su electricidad de fuentes nucleares. Aprender de la combinación de energía nuclear y solar de estos lugares podría impulsar aún más la transición de Oklahoma hacia fuentes de energía más sostenibles.
Historia
La historia de la electricidad baja en carbono en Oklahoma ha estado mayormente dominada por el desarrollo de la energía eólica a lo largo de las últimas dos décadas. En años tempranos del siglo XXI, la energía eólica comenzaba a crecer con incrementos observados en 2010 y 2011. El ritmo de desarrollo eólico se aceleró especialmente a partir de 2013, con varios años consecutivos de significativos aumentos, siendo notable el avance de 6 TWh en 2016 y 5 TWh en 2022. Sin embargo, la energía hidroeléctrica ha mostrado variaciones más erráticas, con periodos de disminución, como en 2006 y 2020, aunque ocasionalmente recuperando terreno. Esta narrativa destaca la importancia de diversificar las inversiones hacia tecnologías de energía baja en carbono que tengan potencial de crecimiento sostenido.