En el período de los últimos 12 meses, de julio de 2023 a junio de 2024, el consumo de electricidad en Tailandia ha sido predominantemente generado por combustibles fósiles. Más de la mitad de la electricidad, aproximadamente un 73%, proviene de estas fuentes, con el gas representando cerca de un 60% por sí solo. El carbón y las importaciones netas de electricidad también contribuyen significativamente, con alrededor de un 14% cada uno. Por otro lado, la electricidad baja en carbono representa un modesto 12.67% del total, destacándose principalmente los biocombustibles con cerca de un 6%, seguidos de la energía hidroeléctrica (3%), solar (2.5%) y eólica (1.7%).
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Tailandia podría aprender de países exitosos en este ámbito. Por ejemplo, Dinamarca genera más del 60% de su electricidad a partir de la energía eólica, demostrando una fuerte inversión en esta tecnología. Asimismo, Francia y Suecia tienen altos porcentajes de generación nuclear, con un 67% y 31% respectivamente. Además, Grecia ha hecho avances significativos en solar (22%) y eólica (21%). Tailandia debería considerar expandir su infraestructura eólica y solar, siguiendo el ejemplo de estos países, y también evaluar seriamente la incorporación de generación nuclear estable y robusta para reducir su dependencia en combustibles fósiles y mitigar los impactos negativos del cambio climático y la contaminación atmosférica.
En la historia reciente de Tailandia, la generación de electricidad baja en carbono ha mostrado variaciones significativas. En la década de 1980, la energía hidroeléctrica vio un crecimiento constante hasta 1995, cuando aumentó en 2.3 TWh. Sin embargo, hubo disminuciones notables en años como 1998 y 1999. Después del año 2000, la energía hidroeléctrica experimentó fluctuaciones, con un notable incremento de 2.6 TWh en 2011. Los biocombustibles también mostraron un crecimiento destacable en 2016 con un aumento de 10.8 TWh, aunque luego disminuyeron en años posteriores. En 2019, la energía eólica aumentó en 2 TWh, reflejando un pequeño pero significativo avance hacia la diversificación de fuentes limpias. Estos datos evidencian la necesidad de una estrategia más consistente y enfocada hacia la expansión de fuentes bajas en carbono.