Actualmente, el consumo de electricidad en Tailandia se basa en gran medida en combustibles fósiles, representando más del 73% del total. Dentro de este grupo, el gas es el predominante con aproximadamente el 60%, seguido de importaciones netas y carbón, cada uno contribuyendo con alrededor del 14%. Por otro lado, la electricidad baja en carbono apenas alcanza cerca del 13%. Dentro de esta categoría, los biocombustibles constituyen casi la mitad, mientras que la energía hidroeléctrica, solar y eólica contribuyen con pequeñas fracciones, casi sin alcanzar el 3% cada una. Este panorama plantea un desafío, ya que una dependencia tan alta de fuentes fósiles implica impactos negativos en el medio ambiente, como el cambio climático y la contaminación del aire. Este análisis cubre el período de 12 meses desde julio de 2023 hasta junio de 2024.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Tailandia puede aprender de países que han tenido éxito en el desarrollo de políticas energéticas sostenibles. Países como Francia y Eslovaquia han adoptado la energía nuclear como fuente principal de electricidad baja en carbono, representando más del 60% de su matriz eléctrica. Tailandia podría considerar la inversión en energía nuclear, siguiendo el ejemplo de estos países, además de promover el desarrollo de la energía eólica y solar. Dinamarca y Uruguay destacan con más de la mitad y más de un tercio de su electricidad proveniente de la energía eólica, lo que indica el potencial que tiene esta fuente para aumentar la proporción de energía limpia. Aprendiendo de estas experiencias, Tailandia podría diversificar su matriz energética y reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
El recorrido histórico de la electricidad baja en carbono en Tailandia ha visto fluctuaciones significativas, particularmente en la energía hidroeléctrica. En las décadas de 1980 y 1990, la energía hidroeléctrica experimentó un crecimiento modesto con algunos años de ligero retroceso. En los años 2000, este patrón continuó, destacando un incremento notable en el año 2000 que luego se vio afectado por descensos en años subsiguientes. En la última década, los biocombustibles venían creciendo hasta el año 2016, donde alcanzaron un aumento sustancial antes de una caída en los años posteriores. La expansión reciente en energía eólica, registrada en 2019, muestra un camino esperanzador hacia un futuro más limpio. Estas fluctuaciones indican el potencial y la necesidad de una estrategia más consistente para incrementar la electricidad baja en carbono en Tailandia, aprovechando las experiencias exitosas de otras naciones.