En 2023, el consumo de electricidad en Malasia muestra una dependencia predominante de los combustibles fósiles, con más de cuatro quintas partes de su electricidad, específicamente el 81%, proveniente de estas fuentes. El carbón y el gas contribuyen casi de manera equitativa a esta cifra elevada, con aproximadamente el 43% y el 37% respectivamente. Por otro lado, la generación de electricidad baja en carbono representa el 19% del total. Dentro de este grupo, la energía hidroeléctrica es la más significativa, constituyendo cerca del 17% del suministro total de electricidad del país, mientras que la energía solar suma aproximadamente un 2%. Estos datos destacan la necesidad de Malasia de diversificar su matriz energética y aumentar la participación de fuentes de energía limpias para reducir su huella de carbono.
Malasia podría beneficiarse enormemente al impulsar la generación de electricidad baja en carbono, aprendiendo de las experiencias exitosas de otros países. Por ejemplo, Francia y Ucrania, donde la energía nuclear contribuye con más del 50% a su generación de electricidad, son ejemplos de cómo invertir en esta fuente puede reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Similarmente, países con condiciones climáticas comparables, como Grecia y Chile, han logrado que la energía solar represente el 22% de su generación eléctrica. Adoptando políticas de apoyo a la expansión de la energía nuclear y solar, Malasia no solo mejoraría su sostenibilidad energética sino que también aliviaría los impactos ambientales asociados con el uso de combustibles fósiles.
El historial de electricidad baja en carbono en Malasia indica una evolución en el uso de la energía hidroeléctrica, especialmente desde los años ochenta. Durante estos años, se observaron incrementos moderados, como en 1984 con un aumento de 1.7 TWh, pero también disminuciones, siendo notables las de 1990 y 1997. A partir de 2016, se registró un crecimiento significativo con un aumento de 6.1 TWh, seguido de una fase de expansión positiva con incrementos anuales hasta 2022. En 2019, se empezó a incluir la energía solar en la matriz energética, con un modesto crecimiento de 0.8 TWh, lo que indica un inicio prometedor hacia la diversificación de fuentes bajas en carbono. Estos avances son señales alentadoras para un futuro más verde en Malasia.