En 2023, el consumo de electricidad en Malasia se divide significativamente entre combustibles fósiles y fuentes de electricidad baja en carbono. Más de tres cuartas partes de la electricidad se generan a partir de combustibles fósiles, con el carbón contribuyendo un poco más de un 43% y el gas cerca del 37%. Por otro lado, la electricidad baja en carbono representa aproximadamente un 19% del total, siendo la energía hidroeléctrica la mayor contribuyente con un 17% y la solar aportando casi un 2%. La dependencia en gran medida del carbón y el gas refleja tanto un desafío como una oportunidad para Malasia, ya que la transición hacia una matriz eléctrica más limpia es fundamental para mitigar los impactos ambientales y mejorar la sostenibilidad a largo plazo.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Malasia puede aprender de diversos países que han tenido éxito en integrar importantes cantidades de energía limpia. Por ejemplo, Francia y Eslovaquia han implementado con éxito la energía nuclear, generando más de la mitad de su electricidad a partir de esta fuente fiable y baja en emisiones. Además, países como Dinamarca y Uruguay han aprovechado su potencial eólico, con más de un 30% de su generación eléctrica proveniente de energía eólica. Dado el potencial solar de Malasia, también es importante observar las experiencias de países como Chile y Australia, que generan alrededor de un 20% de su electricidad a partir de energía solar. Malasia podría adoptar estrategias similares mediante políticas de apoyo, inversiones en infraestructura adecuada y la diversificación de tecnología para la generación de electricidad limpia.
La historia de la electricidad baja en carbono en Malasia muestra un enfoque predominante en la energía hidroeléctrica. En las décadas de los 1980 y 1990, el país experimentó fluctuaciones en la producción hidroeléctrica, con incrementos considerables en 1984 y 1994, pero también con importantes caídas hacia finales de los años 90. A partir del siglo XXI, la generación hidroeléctrica se estabilizó y comenzó a crecer de manera significativa, especialmente a partir de 2016 cuando se observó un notable aumento de 6.1 TWh seguido de 6.8 TWh en 2017. La energía solar hizo su primera aparición significativa en 2019 con un incremento de 0.8 TWh. Estos datos históricos reflejan el compromiso del país con la energía limpia y sugieren una tendencia hacia un mayor uso de electricidad baja en carbono, destacando el papel crucial que pueden jugar tanto la energía hidroeléctrica como la solar en el futuro energético de Malasia.