En el año 2023, más de la mitad de la electricidad consumida en el Reino Unido provino de fuentes bajas en carbono, con un 55,65%. Entre estas fuentes, la energía eólica representa casi una tercera parte del total, con un 26,02%, mientras que la energía nuclear contribuye con un 13,03%. Los biocombustibles y la energía solar tienen una participación menor, con un 10,68% y un 4,26%, respectivamente. En cuanto a los combustibles fósiles, éstos abarcan un 36,97% del consumo eléctrico, siendo el gas la principal fuente con un 34,88%, seguido por el carbón, que aporta un 1,24%. Las importaciones netas proporcionan un 7,39% de la electricidad total, mostrando una dependencia parcial de fuentes externas para satisfacer la demanda energética interna.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Reino Unido podría enfocar sus esfuerzos en expandir sus infraestructuras nucleares y eólicas, ya que estas tecnologías ya generan grandes cantidades de electricidad en el país. Mirando hacia el exterior, países como Francia y Eslovaquia, que generan más del 60% de su electricidad mediante energía nuclear, pueden servir como ejemplos a seguir. Asimismo, Dinamarca, que obtiene más de la mitad de su electricidad de energía eólica, demuestra el potencial de esta fuente en climas similares. Reforzar la capacidad nuclear y eólica podría ayudar significativamente a disminuir la dependencia del gas y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La historia de la electricidad baja en carbono en el Reino Unido muestra un crecimiento y algunas oscilaciones notables. En la década de 1980, especialmente entre 1984 y 1989, hubo un incremento significativo en la generación nuclear, con incrementos anuales de entre 7 y 10 TWh. Sin embargo, la década de 2000 presentó declives considerables en la generación nuclear, con caídas marcadas en los años 2000 (-10,1 TWh), 2004 (-8,7 TWh) y 2007 (-12,4 TWh). En el ámbito de la energía eólica, desde 2013 ha habido un constante aumento, con incrementos significativos en 2017 (12.5 TWh) y 2022 (15.6 TWh). La energía nuclear volvió a decrecer en 2019 (-8.9 TWh), lo que subraya la necesidad de una estrategia más robusta para mantener y ampliar esta fuente de energía.