En el Reino Unido, según los datos de 2023, más de la mitad de la electricidad se genera a través de formas de energía baja en carbono, mientras que los combustibles fósiles representan aproximadamente una tercera parte de la electricidad consumida. La electricidad procedente del gas representa cerca del 31%, mientras que la energía eólica aporta alrededor del 28%. La energía nuclear contribuye con cerca del 12% de la electricidad, y los biocombustibles con casi un 10%. El resto se reparte entre las importaciones netas, la energía solar, la energía hidroeléctrica y el carbón, que juntos representan cerca de un 15%.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, el Reino Unido puede considerar expandir su capacidad nuclear y eólica, áreas en las cuales ya tiene importantes logros. Podría tomar como modelo países como Francia, que genera un 66% de su electricidad a partir de la energía nuclear, o Dinamarca, donde la energía eólica aporta el 59% de la electricidad. La experiencia de estos países subraya cómo un compromiso estratégico con la energía baja en carbono puede resultar en una generación de electricidad significativamente más limpia.
En cuanto a la historia de la electricidad baja en carbono en el Reino Unido, vemos en la década de 1980 un aumento constante en la generación de electricidad nuclear, subiendo regularmente cada año desde 10 TWh en 1984 hasta alcanzar un pico de 12,5 TWh en 1993. Sin embargo, desde el cambio de milenio, la generación de electricidad nuclear ha experimentado una serie de descensos notables. Al mismo tiempo, desde 2013, la generación de electricidad eólica ha mostrado un aumento impresionante, con un pico en 2022 de 15,1 TWh. Estos datos subrayan la necesidad de un enfoque estratégico para maximizar la eficiencia de todas las fuentes de energía baja en carbono.