En 2022, Laos mostró una notable contribución de electricidad baja en carbono, representando casi tres cuartas partes del total de su generación eléctrica. La energía hidroeléctrica ocupa prácticamente toda esta contribución baja en carbono con alrededor del 73% de la producción total de electricidad. Este alto porcentaje de electricidad limpia es fundamental para la lucha contra el cambio climático y la reducción de la contaminación atmosférica. Sin embargo, la dependencia de la generación eléctrica basada en carbón, que constituye cerca de un tercio de la electricidad del país, sigue siendo significativa, y es crucial trabajar para disminuir esta proporción a favor de fuentes más sostenibles y ecológicas.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Laos puede aprender de los ejemplos exitosos de otros países. A pesar de las diferencias geográficas y de contexto, hay estrategias que pueden adaptarse a sus necesidades. Por un lado, el éxito de países como Uruguay en el uso de la energía eólica demuestra que es posible diversificar las fuentes de energía limpia más allá de la hidroeléctrica. Uruguay genera alrededor del 33% de su electricidad a partir del viento, un camino que Laos podría explorar dadas las oportunidades geográficas disponibles. Además, el ejemplo de Francia, que genera el 68% de su electricidad mediante la energía nuclear, sugiere que Laos podría considerar la expansión o introducción de energía nuclear como una opción viable para reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
La historia de la electricidad baja en carbono en Laos refleja una tendencia creciente hacia la utilización de energía hidroeléctrica desde finales del siglo XX. Durante los últimos años de la década de 1990 y principios de 2000, la generación hidroeléctrica experimentó un crecimiento constante, con algunos altibajos menores. Un hito significativo se dio en el año 2010, cuando el incremento en generación hidroeléctrica fue de 5 TWh. Esta tendencia continuó durante la década siguiente, con un aumento notable en 2020 de 8,8 TWh, el mayor incremento registrado en un solo año. Sin embargo, 2022 vio un crecimiento más modesto de 0,5 TWh, lo que subraya la necesidad de diversificar con otras fuentes de energía baja en carbono para mantener el impulso en la transición hacia una matriz energética más limpia.