En 2022, el estado del consumo de electricidad en Siria estuvo dominado por los combustibles fósiles, que representaron aproximadamente el 95% de la generación total de electricidad. Más de la mitad de la electricidad provenía específicamente del gas. Por otro lado, la participación de la electricidad baja en carbono fue muy reducida, aportando solo un poco más del 4% al suministro total. Dentro de esta categoría, la energía hidroeléctrica fue la única fuente mencionada, y contribuyó casi en su totalidad a la electricidad baja en carbono del país.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Siria podría inspirarse en estrategias exitosas de otros países. Por ejemplo, el notorio uso de la energía nuclear en países como Ucrania, Francia y Eslovaquia, donde esta fuente representa más de la mitad del suministro eléctrico, podría proporcionar una guía valiosa para Siria. Además, el despliegue efectivo de energía eólica en naciones como Uruguay y Dinamarca demuestra el potencial de esta fuente como una solución viable para diversificar el mix eléctrico. Siria también podría observar el crecimiento de la energía solar en países similares, como Yemen, que tiene casi una quinta parte de su electricidad generada por esta fuente limpia.
La historia de la electricidad baja en carbono en Siria se ha caracterizado por fluctuaciones en el uso de la energía hidroeléctrica desde principios de la década de los 80. Durante la década del 2000, hubo aumentos moderados en la generación hidroeléctrica, como en 2000 y 2001. Sin embargo, estos incrementos fueron seguidos por disminuciones notables en años posteriores, como el retroceso de 1 TWh en 2002. En años más recientes, especialmente después de 2015, se observaron reducciones constantes y significativas, lo que resalta la necesidad urgente de diversificar y fortalecer el sector de electricidad baja en carbono en Siria para asegurar un suministro eléctrico más limpio y sostenible.