En 2021, la generación de electricidad en Nicaragua fue de aproximadamente 5.63 TWh, con más de la mitad proveniente de fuentes bajas en carbono (2.53 TWh) y cerca de un tercio de combustibles fósiles (2.1 TWh). También se importó una cantidad significativa de electricidad (1.36 TWh). A pesar de la proporción considerable de energía limpia, la generación total de electricidad per cápita fue significativamente más baja que el promedio mundial de 410 vatios/persona. Este bajo nivel de generación de electricidad puede limitar el crecimiento económico del país, reducir la calidad de vida de sus habitantes y limitar sus oportunidades de educación y empleo.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Nicaragua podría considerar la expansión de las tecnologías eólicas existentes, ya que la energía eólica ya está generando grandes cantidades de electricidad en el país. Mirando a otras naciones, se pueden destacar casos como el de China y Brasil, que han logrado producir grandes cantidades de electricidad a partir de la energía eólica (964 TWh y 94 TWh respectivamente en 2021). Otros ejemplos de países que han hecho un uso exitoso de la energía baja en carbono incluyen a Estados Unidos y Francia, líderes en la generación de energía nuclear, y a España y Alemania, conocidos por sus esfuerzos en el ámbito de la energía eólica y solar.
Respecto a la historia de la electricidad baja en carbono en Nicaragua, desde los años setenta, el país ha experimentado una serie de cambios. En la década de 1970, vemos un incremento en la generación de energía hidroeléctrica, que luego disminuyó en 1977. La década de 1980 vio un cambio hacia la energía geotérmica, y en la década de 1990 la producción de energía hidroeléctrica se recuperó temporalmente. Después del año 2000, la generación de electricidad a partir de bioenergía se inició en 2004 y desde 2012, tanto la energía geotérmica como la eólica han contribuido cada vez más a la generación total de electricidad en el país. En general, aunque ha habido algunas fluctuaciones a lo largo de los años, Nicaragua ha continuado explorando diferentes fuentes de energía baja en carbono para la generación de electricidad.