En Nicaragua, más de la mitad de la electricidad proviene de fuentes de energía limpia y baja en carbono, siendo esta proporción aproximadamente el 51% del total. Dentro de esta categoría, los biocombustibles representan alrededor del 16% y la energía geotérmica aporta casi un 13%. La energía hidroeléctrica y la eólica también juegan un papel significativo, contribuyendo con cerca del 12% y 10%, respectivamente. Los combustibles fósiles, aunque todavía forman parte de la matriz energética, representan menos de un tercio del consumo de electricidad en el país, con un 28%. Las importaciones netas de electricidad equivalen a aproximadamente una quinta parte del suministro total, resaltando la necesidad de aumentar la generación interna sostenible.
¿Está creciendo la electricidad en Nicaragua?
El consumo de electricidad en Nicaragua está mostrando un crecimiento positivo, aunque modesto. En 2023, el consumo total de electricidad alcanzó los 806 kWh por persona, incrementándose respecto al récord anterior de 799 kWh por persona en 2022. Este aumento, aunque pequeño, indica un progreso. Sin embargo, la generación de electricidad baja en carbono ha experimentado un descenso, con 413 kWh por persona comparado con los 438 kWh por persona en 2021. La disminución en la generación baja en carbono es preocupante y destaca la necesidad urgente de fomentar más iniciativas de energía limpia para evitar futuras caídas.
Sugerencias
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Nicaragua podría considerar expandir su infraestructura de energía eólica, que ya es un componente notable en su producción energética. Tomando ejemplos de regiones exitosas, como Iowa y Dakota del Sur en Estados Unidos, donde la energía eólica representa el 63% y 59% respectivamente, Nicaragua podría maximizar su potencial eólico. Además, la inclusión o expansión de energía solar puede ser inspirada por países como Grecia y Chipre, donde la energía solar constituye cerca de una quinta parte de la generación total, demostrando que con inversiones estratégicas, la energía solar puede ser un componente clave en la matriz energética de un país. Las tecnologías nucleares también podrían considerar su implementación en futuras políticas energéticas, como se ha visto en varios países exitosos en esta área.
Historia
A lo largo de las décadas, Nicaragua ha visto variaciones en su generación de electricidad baja en carbono. En los años 70 y 80, la producción hidroeléctrica experimentó pequeños aumentos y también descensos. Sin embargo, desde los años 2010, ha habido un aumento de la actividad en energías como la geotérmica y eólica. En 2013 y 2014, la energía eólica comenzó a ganar relevancia con incrementos significativos, paralelos a la expansión geotérmica. La tendencia de crecimiento se sostuvo hasta 2021, donde los biocombustibles también mostraron un crecimiento notable. La historia muestra que Nicaragua ha sido capaz de diversificar su producción de electricidad baja en carbono y es imperativo que mantenga este rumbo para asegurar un suministro energético más limpio y sostenible para el futuro.
Electrificación
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