En 2022, Guatemala generó más de dos tercios de su electricidad a partir de fuentes bajas en carbono, lo que muestra un compromiso significativo hacia una producción energética más limpia. Dentro de estas fuentes, la energía hidroeléctrica es dominante, representando cerca del 39%. Aunque la proporción de electricidad generada a partir de biocombustibles es del 22%, se debe mencionar que este tipo de energía puede ser controvertido dentro del espectro de energía limpia. En cuanto a otras fuentes bajas en carbono, la energía eólica y la geotermia cubren un pequeño porcentaje, cerca de un 3% cada una, mientras que la energía solar representa casi el 2%. Por otro lado, poco menos de un tercio de la electricidad proviene de combustibles fósiles, principalmente de carbón, que por sí solo constituye aproximadamente un 26%.
Para que Guatemala aumente su generación de electricidad baja en carbono, puede estudiar las experiencias de países como Uruguay y Chile. Uruguay genera alrededor de un 36% de su electricidad a partir de energía eólica, mientras que Chile ha logrado un avance considerable con el 21% de su electricidad proveniente de energía solar. Invertir en estas tecnologías podría facilitar un avance significativo en la matriz energética de Guatemala, maximizando su potencial de energía limpia. Además, aunque actualmente Guatemala no genera electricidad nuclear, las experiencias internacionales nos muestran el éxito de esta tecnología, particularmente en países con una infraestructura estable. Desechar el uso de combustibles fósiles podría eliminar muchos de los impactos negativos asociados al cambio climático y a la contaminación del aire.
A lo largo de los años, Guatemala ha experimentado fluctuaciones en la generación de electricidad baja en carbono. En las décadas de 1980 y 1990, la generación hidroeléctrica mostró un incremento moderado. Desde el año 2000, ha habido tanto aumentos como disminuciones en la producción de energía hidroeléctrica; por ejemplo, en 2017, hubo un incremento significativo de 1.8 TWh, mientras que en años subsiguientes, como 2018 y 2019, se vieron disminuciones. En cuanto a los biocombustibles, un aumento notable se produjo en 2018 con 1.1 TWh, pero este tipo de energía ha presentado variaciones considerables a lo largo del tiempo. Estos datos reflejan la dinámica cambiante en el desarrollo de las fuentes de electricidad bajas en carbono en Guatemala.