En 2023, Guatemala presenta un panorama eléctrico donde la generación de baja en carbono domina claramente con un notable 72% del total, de los cuales la energía hidroeléctrica representa casi la mitad con un 40.56%, y los biocombustibles casi un cuarto con 24.84%. En contraste, el uso de combustibles fósiles es solo el 25%, con el carbón liderando esta categoría en un 17%. Además, las energías eólica, solar y geotérmica agrupan alrededor de 7% combinadas, mientras que las importaciones netas se sitúan en un modesto 3.4%. Esta combinación sugiere un compromiso significativo con la energía limpia, aunque sigue habiendo espacio para mejorar y reducir aún más la dependencia de fósiles.
¿Está creciendo la electricidad en Guatemala?
A pesar de los esfuerzos hacia energías limpias, la demanda total de electricidad en Guatemala está experimentando una tendencia preocupante. En 2023, el consumo disminuyó a 769 kWh por persona desde un récord anterior de 881 kWh en 2021, reflejando una caída de 112 kWh por persona. De manera similar, la generación de electricidad baja en carbono también disminuyó, cayendo de 646 kWh por persona en 2021 a 553 kWh en 2023, una reducción de 93 kWh por persona. Este patrón de disminución refleja un desafío importante en la sostenibilidad del crecimiento económico y el progreso social, dado que es esencial aumentar el consumo de electricidad limpia para cumplir con futuras demandas.
Sugerencias
Guatemala podría aprender de países como Dinamarca, Irlanda, y Uruguay, que han logrado una alta generación de electricidad gracias a la energía eólica, con porcentajes del 52%, 32% y 28% respectivamente. Aunque Guatemala ya utiliza energía eólica y solar, incrementar significativamente su capacidad instalada podría impulsar su producción de electricidad baja en carbono. Además, podría considerar adoptar energía nuclear, siguiendo el liderazgo de países como Francia y Eslovaquia, donde un alto porcentaje de su electricidad proviene de fuentes nucleares. Estos esfuerzos no solo fortalecerían su matriz energética baja en carbono, sino que también contribuirían a reducir la dependencia de combustibles fósiles y sus impactos negativos sobre el medio ambiente.
Historia
En un repaso del pasado, el desarrollo de electricidad baja en carbono en Guatemala ha tenido altibajos. En la década de 1980 y 1990, hubo incrementos en la energía hidroeléctrica con buenos años como 1986 y 1990. Entre 2010 y 2020, el país continuó desarrollando sus capacidades, con un fuerte aumento en 2010 y 2017 especialmente. Sin embargo, no todo ha sido expansión; también ha habido años de declive, como en 2009, 2015, 2018 y más recientemente 2023. Este historial subraya la importancia de planeamiento y compromiso en expandir la capacidad de generación de electricidad baja en carbono, manteniendo un crecimiento constante que apoye el desarrollo sostenible y económico del país.
Electrificación
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