En 2022, el consumo eléctrico en Fiji estuvo dominado por combustibles fósiles con más de la mitad del total generado a partir de estas fuentes. Casi un tercio de la electricidad provino de fuentes bajas en carbono, principalmente energía hidroeléctrica, y una cantidad cercana a cero de otras fuentes como la eólica y solar. Al comparar Fiji con el promedio global de generación eléctrica de 432 vatios por persona, Fiji se encuentra considerablemente por debajo, lo que puede repercutir en un desarrollo económico limitado, menor calidad de vida y mayor dependencia de importaciones energéticas.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Fiji podría tomar lecciones de países que han tenido éxito en este ámbito. Por ejemplo, India ha logrado generar 113 TWh de electricidad solar, una estrategia que Fiji podría replicar dada su similitud en condiciones climáticas favorables para la energía solar. Además, Brasil ha desarrollado considerablemente la energía eólica generando 96 TWh, lo que sugiere que invertir en este tipo de energía también podría ser beneficioso para Fiji. Asimismo, observar el modelo de generación nuclear de países como Francia y Corea del Sur podría ofrecer una hoja de ruta para diversificar y aumentar significativamente la producción de energía limpia en Fiji.
La historia de la producción de electricidad baja en carbono en Fiji muestra fluctuaciones a lo largo de las décadas. En la década de 1980, la energía hidroeléctrica registró pequeños incrementos. En los años 2000, se añadió la generación a partir de biocombustibles. Sin embargo, esta tendencia no se mantuvo constante, con varios años de estancamiento y ligeras caídas en la producción hidroeléctrica. A pesar de estas variaciones, en años recientes, desde 2016, ha habido pequeños pero constantes aumentos en la generación de hidroelectricidad, lo que indica un interés continuo en mejorar la producción de electricidad limpia.