En 2023, el consumo de electricidad en Indonesia presenta un panorama dominado por los combustibles fósiles. Más de cuatro quintas partes de la electricidad proviene de estos recursos, con el carbón representando casi dos tercios. Le sigue el gas con poco menos de una quinta parte, y el petróleo contribuye un pequeño 2%. En contraste, la proporción de electricidad baja en carbono es mucho menor, con casi una quinta parte del total. Dentro de las fuentes limpias, la energía hidroeléctrica lidera con alrededor del 7%, seguida de los biocombustibles y la geotérmica, que aportan un poco más del 6% y cerca del 5% respectivamente. Esta dependencia de los combustibles fósiles genera preocupaciones significativas sobre la sostenibilidad y el impacto ambiental, incluida la contaminación del aire y el cambio climático.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Indonesia puede aprender de países exitosos en esta área. Por ejemplo, Dinamarca, que ha alcanzado más del 60% de su electricidad a partir de energía eólica, ofrece un modelo de cómo implementar y expandir esta forma de energía. Uruguay también destaca con un 36% de su electricidad proveniente del viento. En el ámbito solar, Grecia y Chile generan más del 20% de su electricidad a través de esta fuente. Mientras tanto, Francia lidera en el uso de energía nuclear con un impresionante 67% de su electricidad generada de esta forma. Indonesia, con paisajes geográficos diversos, puede considerar una combinación estratégica de energía eólica, solar y, críticamente, nuclear, para disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y avanzar hacia un panorama energético más limpio y sostenible.
Históricamente, la evolución de la electricidad baja en carbono en Indonesia ha mostrado cambios significativos. En las últimas décadas del siglo pasado y las primeras de este, la generación de electricidad a partir de la energía hidroeléctrica experimentó fluctuaciones con incrementos importantes a finales de los 90 y principios de los 2010, aunque también hubo años de disminuciones. En 2017, la geotérmica comenzó a cobrar protagonismo, seguido del auge de los biocombustibles en 2018, que incrementaron considerablemente la generación. En los últimos años, aunque ha habido un impulso hacia las fuentes bajas en carbono con incrementos en biocombustibles e hidroeléctrica, también han existido retrocesos. Este historial mixto sugiere la necesidad de una política energética consistente y proactiva para maximizar el potencial de las energías limpias en Indonesia.