En 2023, el consumo de electricidad en Indonesia fue dominado en gran medida por los combustibles fósiles, representando un poco más del 80% de la generación total. El carbón constituyó aproximadamente el 62% de esta cifra, mientras que el gas aportó un 17%, y el petróleo, aunque mucho menos significativo, contribuyó con cerca del 2%. Mientras tanto, la electricidad baja en carbono representó un poco menos del 20% del total, con la energía hidroeléctrica liderando con un 7%, seguida por los biocombustibles con 6% y geotérmica con casi el 5%. Este panorama muestra que, aunque hay una presencia de fuentes de electricidad baja en carbono, todavía hay un camino significativo por recorrer para equilibrar su proporción frente a la dependencia actual de combustibles fósiles.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Indonesia puede aprender de la experiencia de otros países. Francia, por ejemplo, obtiene más de dos tercios de su electricidad de fuentes nucleares, demostrando la viabilidad de esta tecnología en la producción eléctrica en gran escala. Además, países como Dinamarca han sido exitosos en implementar la energía eólica, alcanzando más del 50% de su electricidad a partir de esta fuente limpia. Observando estos modelos, Indonesia podría invertir más en el desarrollo de infraestructuras nucleares y eólicas, aprovechando también la intensa radiación solar que ofrece su clima para potenciar la energía solar. Adoptar estas estrategias no solo ayudaría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire, sino que también promovería una transición hacia un mix energético más sostenible y equilibrado.
La historia de la electricidad baja en carbono en Indonesia ha mostrado un crecimiento y retrocesos en diferentes momentos. Durante la década de los 80 y los 90, la energía hidroeléctrica tuvo momentos de aumento notable, como en 1986 y 1992. Sin embargo, también enfrentó declives, como en 1997, y mostró patrones fluctuantes en los años subsiguientes. En la última década, la energía hidroeléctrica experimentó incrementos importantes en 2010, 2013, 2016 y 2020, aunque sufrió caídas en 2011, 2014 y 2023. A partir de 2017, la geotérmica y los biocombustibles comenzaron a emerger con aumentos en producción, particularmente en 2018 y 2022. Esta evolución destaca la necesidad de una estrategia más consistente hacia el desarrollo de fuentes de electricidad baja en carbono en el futuro de Indonesia.