En el último año, de junio de 2023 a mayo de 2024, la mayor parte de la electricidad en Singapur ha sido generada a partir de combustibles fósiles. Más del 98% de la electricidad provino de fuentes fósiles, con el gas representando casi el 96% del total. Por otro lado, la electricidad baja en carbono representa apenas el 2% de la generación total, y esta proviene exclusivamente de la energía solar. Esta política de dependencia casi total de combustibles fósiles tiene efectos negativos notables, contribuyendo al cambio climático y la contaminación del aire que afecta la salud pública y el ambiente.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Singapur podría aprender de otros países que han tenido éxito en la transición hacia energías más limpias. Francia, por ejemplo, genera el 67% de su electricidad mediante energía nuclear, mientras que Dinamarca obtiene el 61% de su electricidad de la energía eólica. Estos países demuestran que es posible depender fuertemente de energías limpias y sostenibles. Dado el espacio limitado de Singapur, un enfoque similar al de Corea del Sur, que genera el 31% de su electricidad a partir de energía nuclear, podría ser una solución viable. Incorporar estrategias de estos países puede ayudar a Singapur a diversificar su matriz energética y reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
A lo largo de su historia, Singapur ha mostrado poca variación en su generación de electricidad baja en carbono. En la década de 1980, el uso de biocombustibles comenzó con incrementos modestos, y continuaron pequeños aumentos en las décadas siguientes. La energía solar tuvo un inicio tardío, apareciendo por primera vez en 2016 con apenas 0.1 TWh y mostrando modestas ganancias desde entonces. En el último año, tanto la energía solar como los biocombustibles han contribuido con pequeñas cantidades a la matriz energética, pero está claro que se requiere un impulso significativo y sostenido para que estas fuentes jueguen un papel mayor en la futura generación de electricidad en Singapur. Para lograrlo, una inversión fuerte en tecnologías nucleares y solares será esencial.