En Hong Kong SAR China, el consumo de electricidad en 2022 estuvo dominado por los combustibles fósiles, que representaron casi tres cuartas partes del total, con el gas cubriendo más de la mitad de ese segmento y el carbón casi un tercio. Las importaciones netas cubrieron cerca de una cuarta parte del suministro eléctrico de la región, lo que deja una fracción muy pequeña para las fuentes de electricidad baja en carbono producidas localmente. Esto muestra una dependencia significativa de los combustibles fósiles, una situación que la región debe abordar para reducir sus emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Hong Kong podría aprender de países que han integrado con éxito la energía nuclear y eólica en su mix energético. Francia y Eslovaquia son ejemplos destacados en el uso de la energía nuclear, generando alrededor de dos tercios y más de la mitad de su electricidad, respectivamente, a través de esta fuente limpia. Dinamarca, por otro lado, ha logrado aprovechar el poder del viento, generando casi el 60% de su electricidad de esta manera. Dada la densidad de población y la limitación de espacio de Hong Kong, la energía nuclear y la eólica en alta mar podrían ser opciones viables, inspirándose especialmente en la experiencia de países similares en tamaño y contexto urbano como Corea del Sur, que ya genera un tercio de su electricidad de manera nuclear.
Históricamente, la electricidad baja en carbono ha tenido una presencia limitada en el mix energético de Hong Kong. Desde 2006 hasta el presente, no se han registrado cambios significativos en generación mediante tecnologías como eólica, solar o biocombustibles hasta un pequeño aumento en biocombustibles en 2019. Durante más de una década, las cifras de generación mediante estas fuentes han permanecido en cero, lo cual revela una falta de inversiones o una lenta transición hacia tecnologías más limpias. Este retraso sugiere que es crucial adoptar estrategias a largo plazo para el desarrollo de la energía baja en carbono en el futuro para permitir una transición más sostenible y libre de carbono.