En 2022, el consumo de electricidad en Hong Kong SAR China dependió en gran medida de los combustibles fósiles, con más del 70% de su electricidad proveniente de estas fuentes. Cerca de la mitad de esta energía se generó a partir de gas, mientras que casi un tercio fue producido utilizando carbón. Junto a esto, aproximadamente una cuarta parte de la electricidad utilizada en Hong Kong provino de importaciones netas, lo que indica una dependencia significativa de las fuentes externas. Esta composición energética sugiere una oportunidad considerable para el incremento de electricidad baja en carbono con el fin de reducir el impacto ambiental y mejorar la seguridad energética.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Hong Kong puede aprender de países que han logrado integrar exitosamente energías limpias en su matriz energética. Por ejemplo, Francia y Eslovaquia han alcanzado casi dos tercios de su generación eléctrica a través de la energía nuclear. Esta tecnología es especialmente adecuada para una región como Hong Kong, con limitaciones de espacio y donde la generación confiable es crucial. Además, países como Dinamarca e Irlanda han demostrado un fuerte compromiso con la energía eólica, alcanzando hasta el 60% y 34% respectivamente. Hong Kong podría considerar importar tecnologías avanzadas en nuclear y eólica, así como políticas de apoyo e incentivos para incrementar su generación de electricidad baja en carbono.
Históricamente, la producción de electricidad baja en carbono en Hong Kong ha sido escasa, especialmente en las décadas recientes. Desde el año 2006 hasta 2021, la región no registró aumentos significativos en la generación de energía baja en carbono, como la eólica o solar, con algunas pequeñas excepciones en la producción de biocombustibles en años recientes. Esta situación refleja una subutilización de las tecnologías limpias, y manifiesta la necesidad de políticas energéticas que promuevan el desarrollo y la inversión en el sector. A medida que Hong Kong busca cumplir con sus objetivos de sostenibilidad, la priorización de las fuentes de energía verde y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles resultarán fundamentales para construir un futuro energético resiliente.