Nueva Zelanda ha logrado un impresionante hito al obtener más del 86% de su electricidad de fuentes bajas en carbono. Esto significa que una gran mayoría de su electricidad proviene de energía hidroeléctrica y geotérmica, siendo la energía hidroeléctrica la mayor contribuyente con poco más de la mitad de la generación total, aproximadamente el 53%. La energía geotérmica también juega un papel muy importante, proporcionando casi una cuarta parte de la electricidad del país con un 22%. Por otro lado, las fuentes de combustibles fósiles aún representan alrededor del 14% de la generación total, con el gas siendo la más prominente en este grupo. Estos avances sitúan a Nueva Zelanda en una posición privilegiada para seguir desarrollando sus capacidades de producción de electricidad limpia, pero enfrenta el desafío de electrificar sectores como el transporte y la industria, lo que requerirá una mayor producción de electricidad.
¿Está creciendo la electricidad en Nueva Zelanda?
Sin embargo, al analizar el crecimiento del consumo eléctrico, se observa que Nueva Zelanda parece estar experimentando una disminución. En 2025, el consumo de electricidad es de 8025 kWh por persona, lo cual es notablemente menor en comparación con el pico histórico de 10450 kWh por persona alcanzado en 2004. Asimismo, la generación de electricidad de fuentes bajas en carbono ha caído desde su máximo histórico de 8229 kWh por persona en 1995 a 6916 kWh recientes por persona. Esta tendencia a la baja es preocupante y contrasta con la necesidad futura de energía, especialmente en sectores que aún dependen de combustibles fósiles.
Sugerencias
Para que Nueva Zelanda pueda aumentar su generación de electricidad baja en carbono, es crucial intensificar el desarrollo de tecnologías como la energía solar y la nuclear. Ambos tipos de energía son limpios y sostenibles, y tienen el potencial de complementar significativamente la infraestructura hidroeléctrica y geotérmica existente del país. La expansión de instalaciones solares y la construcción de plantas nucleares no solo asegurarían un suministro energético más estable y abundante, sino que también ayudarían a reemplazar las fuentes de combustibles fósiles que todavía se utilizan en la generación eléctrica, reduciendo así su impacto ambiental adverso.
Historia
Si revisamos la historia de la energía baja en carbono en Nueva Zelanda, notamos fluctuaciones significativas en la generación de energía hidroeléctrica. A finales de los años 70 y principios de los 80, hubo años de aumento, como en 1975 con 2.7 TWh, seguidos de reducciones, como la caída de 1.9 TWh en 1976. Un patrón similar se repitió con aumentos en 1983 y 1986. Entrando en los años 90, hubo una mayor estabilidad en la generación con repuntes notables en 1993 y 1994. Sin embargo, desde 1997, la generación hidroeléctrica experimentó altibajos más pronunciados, con incrementos significativos como en 2004 y luego descensos importantes. Estos datos subrayan la necesidad de diversificar las fuentes de electricidad baja en carbono más allá de la hidroeléctrica tradicional para garantizar un suministro energético constante y confiable en el futuro.
Electrificación
Estimamos el grado de electrificación comparando las emisiones de electricidad y energía total. Más sobre metodología.