En 2023, el consumo de electricidad en Guyana está dominado por los combustibles fósiles, que representan más del 90% del suministro total. La proporción de electricidad baja en carbono es relativamente pequeña, con alrededor del 7%. De esta cantidad, la mayoría proviene de biocombustibles, representando aproximadamente el 5%, mientras que la energía solar contribuye con casi el 1.5% al mix eléctrico. Esta distribución indica una dependencia significativa de las fuentes fósiles, reflejando desafíos significativos para la transición hacia una matriz eléctrica más limpia y sostenible.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Guyana podría inspirarse en el éxito de varios países. Por ejemplo, países como Uruguay y Dinamarca han logrado avances significativos en la incorporación de la energía eólica, generando un gran porcentaje de su electricidad a partir de este tipo de fuente limpia. Además, el ejemplo de Líbano e Irlanda demuestra cómo una inversión estratégica en energía solar y eólica, respectivamente, puede transformar rápidamente la matriz energética de un país. Mirando hacia el futuro, Guyana debería considerar la inversión en infraestructura de energía eólica y solar, aprovechando sus condiciones climáticas favorables, y evaluar el potencial de desarrollar capacidades nucleares para diversificar sus fuentes de energía limpia.
Históricamente, la contribución de la electricidad baja en carbono en Guyana ha sido limitada. Desde el año 2000 hasta 2020, no hubo cambios significativos en la generación de electricidad a partir de biocombustibles, con incrementos menores recientemente, como los 0.1 TWh en 2023. La energía solar hizo su aparición en 2017, pero su crecimiento ha sido poco notable. Estos datos reflejan una falta de inversión en fuentes limpias, lo que ha resultado en un estancamiento prolongado. Sin embargo, el contexto actual presenta una oportunidad para reorientar los esfuerzos hacia una transición energética más limpia y sostenible.