En Nueva York, el consumo de electricidad en el último año, desde junio de 2024 hasta mayo de 2025, muestra una situación interesante. Un poco más de la mitad de la electricidad proviene de fuentes bajas en carbono, representando un 50.32%, donde destaca la energía nuclear como un importante contribuyente con más del 20% del total. La energía hidroeléctrica aporta también un considerable porcentaje cercano al 20%. Las energías eólica y solar contribuyen significativamente menos, con alrededor del 5% y 3% respectivamente, mientras que los biocombustibles aportan poco más del 1%. En contraste, los combustibles fósiles, liderados predominantemente por el gas, constituyen cerca de la mitad de la generación eléctrica total en el estado, siendo este un hecho preocupante dado el impacto ambiental asociado.
¿Está creciendo la electricidad en Nueva York?
A pesar del desarrollo de tecnologías limpias, el consumo de electricidad en Nueva York presenta una disminución cuando lo comparamos con registros históricos. En 2025, el consumo total de electricidad es de 6702 kWh por persona, lo que significa una disminución de casi 1000 kWh en comparación con el pico alcanzado en 2005. Asimismo, la generación de electricidad baja en carbono también refleja una caída, generando 3372 kWh por persona en 2025, lo cual representa una disminución de 846 kWh en comparación con el récord de 2019. Estos datos preocupan y resaltan la necesidad de un enfoque más agresivo hacia el incremento de la generación de energía limpia y sostenible.
Sugerencias
Nueva York tiene la oportunidad de aprender de las exitosas estrategias de otras regiones. Considerando que la energía nuclear ya juega un papel importante, existe un potencial para expandir esta fuente de energía limpia aún más, siguiendo el ejemplo de países como Francia y Eslovaquia, que generan una porción significativa de su electricidad de esta manera. Además, la expansión de la capacidad solar podría emular el éxito alcanzado en el Líbano y Nevada, quienes generan una gran parte de su electricidad a partir de la energía solar. Aprovechar estas experiencias puede impulsar a Nueva York hacia un futuro más sostenible, mitigando los efectos adversos de los combustibles fósiles y fortaleciendo la resiliencia energética del estado.
Historia
La historia de la generación de electricidad baja en carbono en Nueva York ha sido una montaña rusa en los últimos años y décadas. En los años 2005 y 2006, la energía hidroeléctrica mostró incrementos positivos, pero esto se vio contrarrestado en gran medida por las caídas significativas en 2007 y 2010. De manera similar, la energía nuclear experimentó altibajos a lo largo de los años, con incrementos notables en 2013 y 2019, alternados por declives preocupantes desde 2020 hasta 2022. Esta inestabilidad en la generación de electricidad baja en carbono destaca la necesidad de mejorar y estabilizar la capacidad de producción, especialmente enfocándose en la expansión de fuentes nucleares, un sector que ya ha demostrado su potencial para contribuir de manera significativa a las necesidades de electricidad de Nueva York.