En 2022, el consumo de electricidad en Panamá muestra una clara predominancia hacia la generación de energía baja en carbono, representando más de tres cuartas partes del total. La energía hidroeléctrica, principal fuente de energía limpia del país, cubre aproximadamente el 69% del consumo eléctrico. Las energías eólica y solar juntas contribuyen con casi un 9% adicional, indicando un compromiso creciente hacia fuentes limpias. Sin embargo, los combustibles fósiles aún representan cerca de una cuarta parte de la producción de electricidad, con el gas siendo el principal contribuyente dentro de este grupo, alcanzando un poco más del 13%.
Para incrementar la generación de electricidad baja en carbono, Panamá podría considerar estrategias implementadas exitosamente en otras naciones. Uruguay, un país similar por su tamaño y recurso natural, ha logrado generar un tercio de su electricidad a partir de energía eólica. Esto sugiere que Panamá podría aumentar su capacidad eólica tomando como modelo la experiencia uruguaya. Además, el potencial solar no debe subestimarse, tomando en cuenta el ejemplo de Chile, donde la generación solar alcanza el 22%. Aprender de estos países e invertir en infraestructura necesaria para la energía solar y eólica podría beneficiar a Panamá a largo plazo y reducir su dependencia de los combustibles fósiles, disminuyendo sus impactos negativos como el cambio climático y la contaminación del aire.
A lo largo de las décadas, Panamá ha mostrado un compromiso constante con el desarrollo de electricidad baja en carbono, especialmente a través de la energía hidroeléctrica. En los años ochenta y noventa, hubo un crecimiento sostenido con incrementos notables en años como 1984, 1996 y 1999. Sin embargo, algunos años como 1998 y 2001 vieron disminuciones significativas, antes de recuperarse nuevamente en los 2000 y 2010. El periodo reciente, especialmente desde 2012, ha mostrado crecimiento constante, aunque en 2019 se experimentó una caída significativa en la generación hidroeléctrica. Esta recuperación en los años siguientes sugiere que Panamá está decidido a mantener e incrementar su capacidad de generación hidroeléctrica como uno de los pilares de su compromiso con energía limpia.