En 2022, la República Dominicana generó alrededor de 18.48 TWh de electricidad a partir de combustibles fósiles, incluyendo 8.09 TWh de gas y 6.04 TWh de carbón. En contraste, la generación de electricidad baja en carbono fue mucho más baja, con solo 3.06 TWh, donde 1.32 TWh provinieron de energía eólica y 1 TWh de energía hidroeléctrica. En términos de consumo per cápita, la República Dominicana está notablemente por debajo del promedio mundial de 432 vatios por persona, lo que puede limitar el desarrollo económico y el acceso a servicios básicos, ya que niveles bajos de generación eléctrica pueden dificultar la industrialización y el bienestar general de la población.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, la República Dominicana puede aprender de otros países que han tenido éxito en este ámbito. Por ejemplo, Brasil y España han logrado generar 96 TWh y 64 TWh respectivamente de energía eólica, mostrando que con políticas y tecnologías adecuadas, se puede aprovechar el potencial del viento. Además, países como India y México han incrementado considerablemente su producción solar, generando 113 TWh y 21 TWh respectivamente. La República Dominicana podría beneficiarse de inversiones en infraestructuras solares y eólicas, y también considerar la inclusión de energía nuclear como en Francia, donde se producen 336 TWh con energía nuclear, ofreciendo una base sólida y constante de energía limpia.
La historia de la electricidad baja en carbono en la República Dominicana muestra fluctuaciones significativas en la generación hidroeléctrica. En la década de 1970 y 1980, se observaron cambios notables con incrementos en algunos años como 1981 (0.8 TWh) y descensos en otros como 1989 (-1.2 TWh). A partir de 2000, la generación hidroeléctrica continuó siendo inestable, con aumentos en 2015 (0.6 TWh) y disminuciones en 2019 (-0.8 TWh). Desde 2020, el país ha comenzado a diversificar con un modesto aumento en la generación eólica de 0.3 TWh. Este patrón sugiere que una inversión estable y continua en energías limpias como la eólica, solar y potencialmente la nuclear, podría ser crucial para alcanzar una mayor sostenibilidad y estabilidad en la generación de electricidad baja en carbono.