En el año 2024, el consumo de electricidad en la República Dominicana estaba dominado por los combustibles fósiles, que representan más de cuatro quintas partes de la generación total, específicamente un 81%. Dentro de este grupo, el gas y el carbón son los principales contribuidores, cada uno aportando alrededor de un 30%. Por otro lado, la electricidad baja en carbono constituye menos de una quinta parte del consumo total, con un 19%. Aproximadamente un 7% proviene de la energía solar, otro 7% de la energía hidroeléctrica, y un poco más del 4% de la energía eólica. Es evidente que hay un potencial significativo para aumentar la proporción de electricidad generada a partir de fuentes limpias, aprovechando los recursos naturales del país para favorecer la sostenibilidad y mitigar los impactos negativos de las emisiones de los combustibles fósiles.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, República Dominicana puede aprender de países que han tenido éxito en este campo. Por ejemplo, países como Dinamarca han logrado generar más de la mitad de su electricidad a partir de energía eólica, una fuente que la República Dominicana ya está utilizando aunque en menor medida. Además, países con características climáticas similares, como Uruguay, han tenido éxito con la generación eólica, logrando casi un tercio de su electricidad de esta forma. También podría considerar modelos como el de Líbano, que genera más del 30% de su electricidad a partir de energía solar. Implementar políticas e incentivos que favorezcan la inversión en infraestructura eólica y solar podría facilitar un cambio significativo hacia una matriz eléctrica más limpia y sostenible.
Históricamente, la generación de electricidad baja en carbono en la República Dominicana ha estado marcada principalmente por variaciones en la energía hidroeléctrica. En general, durante las últimas décadas, ha habido fluctuaciones en la generación hidroeléctrica, con algunos aumentos considerables en años como 1981 y 2017, acompañados de disminuciones significativas en otros, especialmente en 1989. En los últimos años, la República Dominicana ha comenzado a incorporar más energía solar, como se observó en 2022 y 2024, con incrementos de generación, aunque todavía representa una pequeña fracción del total. Este cambio hacia fuentes solares ofrece una visión alentadora para el crecimiento de la electricidad baja en carbono en el futuro.