En 2022, la mayor parte de la electricidad en Ucrania provino de fuentes bajas en carbono, con un impresionante 71% del total. Dentro de esta categoría, la energía nuclear es la contribuyente más significativa, representando un poco más de la mitad de la electricidad generada en el país. Además, Ucrania ha estado desarrollando su capacidad de energía hidroeléctrica, que aporta casi un 10% al mix total. Por otro lado, los combustibles fósiles todavía desempeñan un papel considerable en el sistema eléctrico del país, cubriendo algo más de una cuarta parte. El carbón, con un 21%, es el combustible fósil dominante, mientras que el gas representa una fracción más pequeña, alrededor del 6%. Las contribuciones de la energía solar y eólica aún son modestas, representando menos del 5% y 2%, respectivamente.
Para Ucrania, el camino hacia una mayor proporción de electricidad baja en carbono podría centrarse en la expansión de su ya significativa capacidad nuclear. Tomando como ejemplo a Francia, donde la energía nuclear aporta el 68% de la electricidad, Ucrania podría reforzar esta área para seguir disminuyendo la dependencia de los combustibles fósiles. Además, la experiencia de países como Lituania, donde una considerable parte de la generación eléctrica proviene de la energía eólica, ofrece otro modelo a seguir. La apuesta por la energía eólica, tal como lo hacen Dinamarca y otros países europeos similares, podría también ser parte de la estrategia de Ucrania para diversificar sus fuentes bajas en carbono y proporcionar un suministro energético confiable y limpio.
La historia de la electricidad baja en carbono en Ucrania muestra varias fases de expansión y contracción. Durante la década de los 80 y los 90, la producción nuclear experimentó fluctuaciones significativas, con años como 1988 y 1990 que vieron importantes aumentos en la generación. Sin embargo, también hubo declives críticos, como en 1986 y 1994. A través de los años 2000, la producción nuclear mostró algunos aumentos moderados en la generación, pero también sufrió caídas significativas, especialmente en 2009 y 2013. El año 2022 destacó por un pronunciado descenso en la producción nuclear, constituyendo un desafío que Ucrania debe abordar de frente en sus esfuerzos por mantener y expandir sus fuentes de electricidad bajas en carbono. La expansión de la energía hidroeléctrica en 1998 ofreció otro refuerzo valioso, pero la sostenibilidad a largo plazo en el sector eléctrico requerirá de mejoras y diversificaciones constantes en la infraestructura de bajas emisiones.