En 2022, el consumo total de electricidad en Egipto fue de 217.41 vatios por persona, un número considerablemente más bajo que el promedio global de 412 vatios por persona. La mayoría de esta electricidad se genera a partir de combustibles fósiles, principalmente gas que genera 144.07 vatios por persona y constituye una proporción abrumadora de la producción total de energía. En términos de energía limpia, se logra una escasa cifra de 24.4 vatios por persona, dividida entre energía hidroeléctrica, solar y eólica. Esta falta de producción de energía baja en carbono puede tener múltiples efectos en el país, incluyendo una mayor dependencia de los combustibles fósiles y sus consecuentes impactos ambientales. Es vital señalar que Egipto no importa o exporta electricidad de o hacia otros países o regiones.
Para incrementar la generación de electricidad de bajo carbono, Egipto puede aprender de las experiencias exitosas de otros países. Por ejemplo, se puede respaldar la energía nuclear, dado su alta producción en países como Suecia, Francia y Finlandia que producen respectivamente 559, 526 y 517 vatios por persona. Además, los países que disfrutan de condiciones climáticas cálidas y soleadas similares a las de Egipto, como Australia, han aprovechado el potencial de la energía solar con un rendimiento de 147 vatios por persona. En vista del ejemplo establecido por estos países, Egipto podría beneficiarse ampliamente de la adopción de la energía nuclear y solar.
La historia de la electricidad de bajo carbono en Egipto se ha caracterizado principalmente por el uso de la energía hidroeléctrica, con fluctuaciones en su producción a lo largo de las décadas. En la década de 1980, la producción de energía hidroeléctrica experimentó un declive, mientras que en la década de 1990 se observó un incremento general. Sin embargo, la última década ha estado marcada por una tendencia a la caída, con algunas excepciones notables como un aumento en la producción de energía hidroeléctrica en 2007 y 2021. Además, se ha observado un reciente desarrollo de la energía solar y eólica, en particular incrementos significativos en 2018 y 2019.