En 2022, el consumo de electricidad en Jamaica mostró una fuerte dependencia de los combustibles fósiles, que representaron más de las tres cuartas partes del total, destacando el gas como el principal componente con cerca del 58%. Esta importante participación de los combustibles fósiles contrasta con la producción de electricidad baja en carbono, que representó aproximadamente el 13% del total. Dentro de esta categoría, la energía eólica constituyó un poco más del 6%, mientras que la energía hidroeléctrica y la solar contribuyeron de manera igualitaria, cada una con un 3%. Los biocombustibles aportaron un 1%, lo que indica su rol bastante menor en la matriz energética del país.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Jamaica podría aprender de países que han tenido éxito en este ámbito. Particularmente, la inversión en energía eólica y solar podría ser clave, inspirándose en países como Uruguay e Irlanda que generan más de un tercio de su electricidad a partir del viento. Además, las experiencias de Chile y Grecia con la energía solar son ejemplos a seguir, ya que estos países han alcanzado un quinto de su producción eléctrica utilizando esta fuente limpia. Aunque Jamaica no cuenta con energía nuclear, países como Francia y Suecia demuestran que la implementación de esta tecnología puede proporcionar una gran cantidad de electricidad sin emisiones de carbono.
Históricamente, el desarrollo de electricidad baja en carbono en Jamaica ha sido fluctuante. En los primeros años de la década de 1970 y 1980, hubo pequeños incrementos en el uso de biocombustibles, aunque también se presentaron reducciones significativas, como en 1984 cuando se registró una disminución de 0.3 TWh. A partir de los años 1990, la contribución de biocombustibles continuó inconstante con pequeños aumentos y disminuciones. La energía hidroeléctrica se mantuvo prácticamente estable desde 2001, y la energía eólica comenzó a contribuir desde 2011, con un incremento notable en 2016. Aunque ha habido modestos pasos hacia la expansión de energía eólica, el avance en electricidad baja en carbono sigue siendo limitado, dejando margen considerable para el crecimiento futuro.