La energía geotérmica y los biocombustibles representan una forma combinada de generación de electricidad que se enfoca en aprovechar el calor interno de la Tierra y los materiales orgánicos para producir energía. La energía geotérmica utiliza el calor de las profundidades de la Tierra que se encuentra almacenado en las rocas y en el agua caliente bajo la superficie del planeta. Los biocombustibles, por otro lado, se derivan de la biomasa, incluyendo plantas, algas y residuos orgánicos que pueden ser convertidos en energía mediante procesos de combustión u otras técnicas de conversión química.
Para generar electricidad utilizando energía geotérmica y biocombustibles, los sistemas geotérmicos perforan la tierra para acceder a reservorios subterráneos de vapor o agua caliente, los cuales, al ser llevados a la superficie, pueden impulsar turbinas que generan electricidad. En el caso de los biocombustibles, la biomasa es procesada o quemada para producir vapor que también puede mover turbinas generadoras de electricidad. Esta combinación permite un uso versátil de recursos sustentables para contribuir al suministro energético sin los impactos de carbono típicos de los combustibles fósiles.
Una ventaja importante de la energía geotérmica es su baja intensidad de carbono, con emisiones alrededor de 38 gCO2eq/kWh, lo que es significativamente menor en comparación con los combustibles fósiles como el carbón, que emite alrededor de 820 gCO2eq/kWh. Aunque los biocombustibles tienen una intensidad de carbono más alta en comparación con otras fuentes bajas en carbono, cuando se combinan con la energía geotérmica, representan una opción más sostenible que los combustibles fósiles.
Actualmente, la combinación de energía geotérmica y biocombustibles representa un NaN% de la electricidad global, mostrando su presencia aunque sea pequeña en el panorama global de energías bajas en carbono. En países como Sri Lanka, aproximadamente el 1% de la electricidad se genera con geotérmica y biocombustibles, lo que ilustra su potencial para diversificar las fuentes de energía y reducir las emisiones de carbono.
La energía baja en carbono, incluyendo la energía eólica, solar, nuclear y geotérmica y biocombustibles, es crucial en la lucha contra el cambio climático y mejora de la calidad del aire. Estas fuentes son esenciales para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, que son responsables de grandes cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero. Con su baja huella de carbono, la energía geotérmica y los biocombustibles ofrecen ventajas sustanciales cuando se desea un futuro energético más limpio y sustentable.
País/Región | Vatios por persona | % | TWh |
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Sri Lanka | 7.1 W | 1.0% | 0.2 TWh |