En 2023, el consumo de electricidad en Sri Lanka muestra un equilibrio notable entre fuentes de energía baja en carbono y aquellas procedentes de combustibles fósiles. Las energías limpias representan poco más de la mitad de la producción eléctrica del país, mientras que los combustibles fósiles componen el 49.61%. Dentro del grupo de energías limpias, la energía hidroeléctrica es la más significativa, con casi un tercio del total, seguido por la solar con poco más del 10% y la energía eólica que contribuye con casi un 5%. Este equilibrio entre energías bajas en carbono y fósiles destaca el potencial del país para avanzar hacia una matriz energética más sostenible.
Para que Sri Lanka aumente su generación de electricidad baja en carbono, es fundamental potenciar la expansión de la capacidad solar existente, dado que ya es una fuente que contribuye considerablemente al mix energético del país. Podría ser beneficioso observar el enfoque de países como el Líbano, donde la energía solar constituye el 31% de la generación de electricidad. Además, la experiencia de naciones similares, como Grecia, con un 21% de energía solar, podría proporcionar valiosas lecciones sobre cómo integrar más tecnología solar. La inversión en infraestructura solar y la implementación de políticas gubernamentales favorables son pasos clave para lograr una mayor adopción de la energía solar, al tiempo que se mitigan los efectos nocivos del cambio climático y la contaminación.
A través de las décadas, la historia de la electricidad baja en carbono en Sri Lanka ha estado marcada principalmente por la fluctuación en la energía hidroeléctrica. En la década de los 80 y 90, el país experimentó incrementos modestos, como en 1984 y 1993. Sin embargo, ha habido años con disminuciones significativas, como en 1996 y 2000. Posteriormente, la variabilidad continuó hasta 2023, con aumentos intermitentes, como en 2010 y 2013, contrarrestados por descensos, especialmente notables en 2014, 2016 y 2022. En 2023, la generación de energía solar mostró un incremento destacado, añadiendo un impulso positivo a la transición de Sri Lanka hacia energía baja en carbono. Esta trayectoria resalta la importancia de diversificar y estabilizar las fuentes de energía limpia para asegurar un suministro energético sostenible en el futuro.