En 2022, el consumo de electricidad en Groenlandia se caracterizó por una significativa predominancia de electricidad baja en carbono. Más de tres cuartas partes de la electricidad generada en el país provinieron de energía hidroeléctrica, que se catalogó como el único tipo de electricidad baja en carbono utilizado. Esto indica un fuerte compromiso con la producción de electricidad limpia. Sin embargo, casi una cuarta parte de la electricidad todavía dependía de combustibles fósiles, lo que representa una oportunidad para continuar reduciendo las emisiones de carbono en el futuro al explorar otras fuentes de energía baja en carbono.
Groenlandia puede aumentar su generación de electricidad baja en carbono aprendiendo de los éxitos de otros países. Por ejemplo, el uso significativo de energía eólica en Dinamarca, que genera casi el 60% de su electricidad de este recurso, ofrece un modelo valioso para Groenlandia, proporcionando ideas sobre cómo maximizar la utilización del potencial eólico en un clima riguroso y costero. Además, expandir el uso de la energía nuclear, como han hecho países como Francia y Finlandia, podría diversificar las fuentes de electricidad limpia y proporcionar una base estable y confiable para el suministro eléctrico, minimizando así la dependencia de combustibles fósiles.
La historia de la electricidad baja en carbono en Groenlandia ha mostrado avances graduales. Desde principios del siglo XXI, el aporte de la energía hidroeléctrica creció lentamente, con incrementos mínimos pero constantes, como el aumento de 0,1 TWh en 2009 y 2011. Aunque hubo ciertas fluctuaciones, como una leve disminución en 2022, el compromiso del país hacia la expansión de la electricidad baja en carbono ha sido evidente. Continuar incrementando la capacidad hidroeléctrica y explorar otras fuentes de energía baja en carbono es crucial para asegurar un futuro eléctrico sostenible y reducir el impacto ambiental, en línea con el esfuerzo global para mitigar el cambio climático.