En Nueva Caledonia, a lo largo del año 2021, la mayoría de la electricidad se generó a partir de combustibles fósiles, aproximadamente el 86%, lo que significa un claro dominio de este tipo de energía en la producción de electricidad. Por otro lado, la electricidad baja en carbono contribuyó en un 14%. Dentro de la generación de energía baja en carbono, la hidroeléctrica representó alrededor de la mitad, mientras que el 40% provenía de energía solar y aproximadamente una sexta parte se generaba a través de la energía eólica.
Nueva Caledonia tiene un gran potencial para incrementar su generación eléctrica a partir de energías bajas en carbono. Aprendiendo de la experiencia de otros países, podría invertir y expandir la energía nuclear, una fuente de energía baja en carbono y eficiente. Por ejemplo, países como Francia, Eslovaquia y Ucrania generan más de la mitad de su electricidad a través de la energía nuclear. Asimismo, países con condiciones geográficas y climáticas similares, como Denmark y Uruguay, han tenido éxito en la generación de electricidad a partir de energía eólica, representando cerca del 60% y 40% respectivamente de su producción total. Por otro lado, Grecia y Australia también han aprovechado eficientemente la energía solar, representando en ambos casos por encima del 15% de su generación eléctrica.
La historia de la electricidad baja en carbono en Nueva Caledonia se ha centrado en gran medida en el aprovechamiento de la energía hidroeléctrica. En el comienzo del nuevo milenio, se registraron múltiples variaciones en la generación de electricidad a partir de energía hidroeléctrica. En general, la producción de este tipo de energía ha variado poco durante este siglo, con cambios en la generación de electricidad de +/- 0.1 TWh. A finales de la década de 2010, Nueva Caledonia comenzó a explorar la energía solar, y desde 2019, ha logrado mantener una generación estable de esta fuente de energía, lo que es un paso positivo hacia una matriz energética más sostenible y baja en carbono.