En el período comprendido entre octubre de 2023 y septiembre de 2024, el consumo de electricidad en Montenegro se caracteriza por una diversidad en sus fuentes de generación. Casi la mitad de la electricidad proviene de fuentes bajas en carbono, con la energía hidroeléctrica representando más de un tercio del total. El uso de combustibles fósiles, específicamente el carbón, contribuye a casi un tercio del consumo eléctrico del país, lo que resalta una fuerte dependencia de fuentes contaminantes. Las importaciones netas representan aproximadamente una cuarta parte del total, mientras que la energía eólica representa cerca de un 8%. Esta mezcla indica un sólido compromiso con la electricidad baja en carbono, aunque todavía existe una dependencia significativa de combustibles fósiles y de importaciones.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Montenegro puede inspirarse en países que han tenido éxito en este ámbito. Francia y Eslovaquia generan más de la mitad de su electricidad a partir de energía nuclear, lo que podría servir de modelo, dado que Montenegro comparte ciertas características geográficas y económicas con estos países. Además, Dinamarca, cuyo porcentaje de energía eólica es notablemente alto, al igual que Uruguay, ofrece ejemplos de cómo integrar más energía eólica en la matriz eléctrica. Adoptando una combinación de energía nuclear junto con inversiones en energía eólica, Montenegro podría avanzar hacia un futuro energético más limpio y sostenible.
La historia de la electricidad baja en carbono en Montenegro ha visto altibajos significativos, especialmente con respecto a la energía hidroeléctrica. En la primera década de este siglo, se observó una serie de fluctuaciones en la generación hidroeléctrica, con algunos años de aumento como en 2009 y 2013, y otros de disminución, notablemente en 2011. Durante la última parte de la segunda década, Montenegro comenzó a diversificarse con la inclusión de energía eólica en 2019, lo que señala un esfuerzo hacia una mayor diversidad en las fuentes de electricidad baja en carbono. A pesar de las variaciones en la hidroeléctrica, el retorno a la inversión en energía eólica y la posibilidad de integrar la energía nuclear presentan oportunidades para estabilizar y ampliar la producción de electricidad limpia en el futuro.