En 2023, Mongolia dependió en gran medida de los combustibles fósiles, con una generación de electricidad de 7,23 TWh proveniente de esta fuente, de los cuales 6,87 TWh fueron específicamente del carbón. Las importaciones netas de electricidad sumaron 1,84 TWh. Esto significa que más de la mitad de la electricidad del país se basa en combustibles fósiles, mientras que la producción de electricidad baja en carbono es prácticamente insignificante. En comparación, el consumo de electricidad per cápita en Mongolia es menor que el promedio global, que es de 432 vatios por persona. Estos bajos niveles de generación de electricidad pueden limitar el desarrollo económico del país, además de contribuir a problemas de salud pública debido a la contaminación del aire.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Mongolia puede aprender de otros países que han tenido éxito en este ámbito. Por ejemplo, la República Popular de China ha impulsado significativamente la energía eólica, generando 886 TWh, y la energía solar, con 584 TWh. Japón también ofrece un buen ejemplo con su notable producción solar de 97 TWh. Dado que Mongolia tiene condiciones climáticas adecuadas para la energía eólica y solar, puede emular estos modelos y aumentar su inversión en estas tecnologías. Se pueden considerar incluso la energía nuclear, siguiendo el ejemplo de países como Francia y Corea del Sur, que han logrado una importante producción de electricidad limpia gracias a esta fuente.
En cuanto a la historia de la generación de electricidad baja en carbono en Mongolia, los datos muestran una trayectoria de crecimiento muy modesta. Desde 2009 hasta 2017, la energía hidroeléctrica mantuvo una generación cercana a cero. La energía eólica comenzó a aumentar ligeramente en 2014 con 0,1 TWh y alcanzó 0,2 TWh en 2018 y 2019. La energía solar empezó a generar algo de electricidad en 2017 y alcanzó 0,1 TWh en 2019 y 2021. Este desarrollo muy limitado sugiere que Mongolia ha estado rezagada en la adopción de tecnologías de electricidad baja en carbono, una situación que claramente necesita cambiar para mejorar su sostenibilidad energética y aportar a la reducción global de emisiones de carbono.