En Mongolia, el consumo de electricidad en el periodo de agosto de 2023 a julio de 2024 muestra una dependencia significativa de los combustibles fósiles, con más del 90% de la electricidad generada a partir del carbón. Las fuentes de baja emisión de carbono, como la energía eólica, representan solo un poco más del 9% del total de la electricidad consumida. Esto indica que Mongolia enfrenta un gran desafío al intentar aumentar la proporción de energía limpia y sostenible en su matriz eléctrica, sobre todo en un contexto global donde la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es cada vez más urgente.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Mongolia podría aprender de otros países que han tenido éxito en la transición energética. Por ejemplo, países como Dinamarca y Uruguay han conseguido que más del 30% de su electricidad provenga de la energía eólica. Estos ejemplos muestran cómo un enfoque sólido en el desarrollo e inversión en infraestructura eólica puede ser fructífero. Además, Mongolia podría considerar la expansión de la energía nuclear, dado que es una fuente de electricidad baja en carbono fiable y eficiente, como se evidencia en países como Francia y Eslovaquia, donde la generación nuclear representa más del 60% de su electricidad. La adopción de estas tecnologías no solo ayudaría a diversificar su matriz energética, sino también a reducir su dependencia del carbón, disminuyendo así las emisiones contaminantes.
A lo largo de los años, Mongolia ha mostrado un interés creciente en las fuentes de electricidad baja en carbono, aunque el progreso ha sido lento. Desde principios de la década de 2010, la generación eólica ha comenzado a despegar, con pequeños incrementos en 2018, 2019 y 2023/2024. Sin embargo, ha habido fluctuaciones en esta tendencia, evidenciando la necesidad de un desarrollo más consistente y planificado. En cuanto a la energía solar, se observó un aumento inicial en 2019 y 2021, aunque aún constituye una fracción mínima del suministro total de electricidad. El país tiene la oportunidad de potenciar estas fuentes limpias si toma medidas firmes inspiradas en las mejores prácticas internacionales y si promueve un compromiso institucional por la expansión de su infraestructura tecnológica.