En 2024, el consumo de electricidad en Kirguistán muestra una clara inclinación hacia fuentes de energía baja en carbono, representando más de dos tercios del total, gracias en su totalidad a la energía hidroeléctrica. Las importaciones netas de electricidad representan cerca de un quinto del consumo, ofreciendo un respaldo a esta estructura. Mientras tanto, los combustibles fósiles constituyen un poco más de una décima parte del suministro, con el carbón como la fuente predominante dentro de este grupo. Esta dependencia casi exclusiva de la energía hidroeléctrica para la generación de electricidad baja en carbono sugiere una necesidad de diversificación para mejorar la seguridad energética y la sostenibilidad.
Kirguistán podría tomar como referencia a países que han logrado diversificar y fortalecer su producción de electricidad baja en carbono mediante la incorporación de energía nuclear, eólica y solar. Por ejemplo, países como Ucrania y Eslovaquia han alcanzado porcentajes significativos de generación eléctrica mediante energía nuclear, con más de la mitad de su electricidad proveniente de esta fuente. Además, Dinamarca ha destacado en la maximización de su potencial eólico. Seguir estos ejemplos podría permitir a Kirguistán no solo reducir su dependencia de las importaciones, sino también mejorar su resiliencia energética y contribuir a la mitigación del cambio climático.
A lo largo de la historia reciente, la generación hidroeléctrica en Kirguistán ha tenido fluctuaciones notables. Durante los años 90, especialmente en 1994 y 1999, se observaron aumentos significativos en la producción, aunque estos fueron seguidos por años de caídas, como en 1992 y 1997. En la década de 2000, una tendencia similar prevaleció con aumentos destacados en 2003, seguidos de descensos en años posteriores como 2008 y 2015. Recientemente, en 2024, se produjo nuevamente un aumento en la producción hidroeléctrica. Esta variabilidad en la generación sugiere la importancia de diversificar las fuentes de energía baja en carbono más allá de la dependencia hidroeléctrica, para garantizar un suministro eléctrico más estable y resiliente en el futuro.