En el período comprendido entre agosto de 2024 y julio de 2025, Kazajistán ha dependido en gran medida de los combustibles fósiles para su consumo eléctrico, con más de las cuatro quintas partes, específicamente un 85%, proveniente de fuentes como el carbón y el gas. Con el carbón aportando poco más de la mitad y el gas casi un tercio, el panorama revela una dependencia significativa de estas fuentes tradicionales. Por otro lado, las energías bajas en carbono, que incluyen la energía hidroeléctrica, la eólica y la solar, forman un segmento más modesto, abarcando alrededor del 15% del total. Dentro de este grupo sostenible, la energía hidroeléctrica es la más prominente, contribuyendo con un 9.5%, mientras que la eólica y solar suman el resto, con 4% y 2%, respectivamente. Este equilibrio dibuja un claro predominio de las fuentes fósiles sobre las alternativas más limpias.
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¿Está creciendo la electricidad en Kazajistán?
Analizando la evolución del consumo eléctrico, se puede observar una tendencia preocupante en Kazajistán, donde el consumo total de electricidad por persona ha decrecido desde su récord histórico en 1990 de 6105 kWh por persona, a 5769 kWh por persona en 2025, representando una caída de 335 kWh por persona. Sin embargo, en contraste, la generación de electricidad baja en carbono ha mostrado un leve crecimiento, alcanzando un nuevo máximo de 878 kWh por persona en 2025, un aumento respecto a su récord previo de 855 kWh por persona en 2024. Este aumento, aunque modesto, es indicativo de un avance hacia una mayor integración de fuentes bajas en carbono en el mix energético del país, un indicador positivo en el contexto actual.
Sugerencias
Para aumentar el aporte de electricidad baja en carbono, Kazajistán podría beneficiarse al emular modelos exitosos de otras regiones. Observando a Francia y Eslovaquia, donde la energía nuclear comprende más de dos tercios de la generación eléctrica, el desarrollo de la infraestructura nuclear podría ser una vía efectiva para diversificar el mix energético kazajo. Del mismo modo, la expansión de la energía eólica, tomando como ejemplo a Iowa y Dakota del Sur en Estados Unidos, que generan más de la mitad de su electricidad a través de esta fuente, podría ser otra estrategia relevante. Además, incorporar más energía solar siguiendo el enfoque de Líbano y Nevada, donde esta fuente alcanza el 30 y 31% respectivamente, podría aprovechar los recursos naturales de Kazajistán para una generación sostenible y abundante.
Historia
A lo largo de las últimas décadas, la historia de la electricidad baja en carbono en Kazajistán ha presentado fluctuaciones notables. La energía hidroeléctrica ha sido un componente significativo desde los años ochenta, aunque con altibajos, tales como los incrementos en los períodos de 1987-1988 y 1993-1994, y descensos observados entre 1995 y 1997, y nuevamente después de 2008. En años más recientes, la instalación de capacidades solares y eólicas permitió incrementos importantes desde 2020 en adelante. El año 2024 fue especialmente prometedor, con un considerable aumento de la producción hidroeléctrica y avances en la energía eólica, subrayando un giro hacia una generación más limpia y sostenible. Sin embargo, más debe hacerse para asegurar una transición consistente hacia fuentes bajas en carbono, especialmente en vista de los desafíos globales como el cambio climático.