En el año 2023, la mayoría de la electricidad en Kazajistán es generada por combustibles fósiles, representando un 87.22% del total. El carbón es el principal recurso utilizado, representando casi dos tercios de la energía total generada, seguido por el gas con un poco más de una quinta parte. La electricidad baja en carbono, por otro lado, apenas representa un poco más del 12% de la generación total. De ese porcentaje, la energía hidroeléctrica abarca más de la mitad, con la energía eólica y solar completando el resto.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Kazajistán podría aprender de los éxitos de otros países. Francia, Eslovaquia y Ucrania han logrado generar más de la mitad de su electricidad a partir de la energía nuclear. Dado el clima y la geografía variados de Kazajistán, también podría considerar el desarrollo de energía eólica y solar, similar a países como Dinamarca, que genera casi el 60% de su electricidad a partir del viento, o Australia y Chile, que obtienen un porcentaje significativo de su electricidad a partir de fuentes solares.
En Kazajistán, la historia de la electricidad baja en carbono ha estado dominada por la energía hidroeléctrica. Los años 80 y 90 vieron un modesto incremento en la generación de esta fuente de energía con un pico en 1994. Sin embargo, los últimos años de la década de 1990 y la primera década del siglo 21 se caracterizaron por una disminución en su generación. A partir del 2010, hubo una recuperación positiva, especialmente en 2016, pero con algunas fluctuaciones. Por otro lado, la energía solar y la eólica han entrado recién al panorama energético del país, con un crecimiento notable a partir del 2020. Con un enfoque continuado en estas fuentes de electricidad baja en carbono, el futuro energético de Kazajistán podría ser más limpio y sostenible.