En 2022, el consumo de electricidad en Corea del Norte mostró una distribución bastante equilibrada entre energía baja en carbono y combustibles fósiles. Más de la mitad de la electricidad, específicamente el 57.85%, provino de fuentes de energía baja en carbono, de las cuales la energía hidroeléctrica representó casi la totalidad con un 57.54%. En contraste, los combustibles fósiles constituyeron el 42.15% del consumo de electricidad, siendo el carbón el combustible predominante con un 39.86%. Esta dependencia significativa del carbón implica impactos negativos en el cambio climático y la contaminación del aire, por lo que resulta crucial incrementar la proporción de energía limpia.
Para aumentar la generación de electricidad baja en carbono, Corea del Norte puede aprender de países exitosos en esta área. Por ejemplo, Francia y Eslovaquia generan más de la mitad de su electricidad a través de energía nuclear, con un 67% y 60% respectivamente, mientras que Dinamarca y Uruguay obtienen el 61% y 36% de su electricidad de energía eólica. Países geográficamente y económicamente similares, como Ucrania y Bulgaria, también tienen una alta penetración de energía nuclear, con un 55% y 42% de electricidad generada, respectivamente. Una estrategia para Corea del Norte podría ser el desarrollo simultáneo de capacidad nuclear y energía eólica, diversificando así sus fuentes de energía limpia.
En la historia reciente de Corea del Norte, la generación de electricidad baja en carbono ha fluctuado principalmente debido a variaciones en la producción de energía hidroeléctrica. En la década de 1980, la energía hidroeléctrica aumentó ligeramente, con incrementos de 1 TWh en 1981, 1985 y 1986, y 2 TWh en 1988. Sin embargo, en los años 90, hubo una tendencia a la baja, particularmente en 1992 y 1993, cuando disminuyó en 0.8 y 0.9 TWh, y en 1996 y 1997, cuando descendió aún más en 1.7 y 1.8 TWh respectivamente. A partir de 2003, se observaron algunas mejoras esporádicas, aunque con caídas significativas en 2009 y 2015. Más recientemente, hubo aumentos notables en 2016 y 2021 con 2.8 y 3.3 TWh, aunque la generación cayó nuevamente en 2022 en 3.3 TWh. Estas fluctuaciones subrayan la importancia de diversificar las fuentes de energía limpia incluyendo nuclear y eólica para asegurar una mayor estabilidad y sostenibilidad.